La Razón (Cataluña)

Sexo por buenas notas en la universida­d marroquí

Gobierno, justicia y ONGs comienzan a reaccionar contra el chantaje y acoso de profesores a estudiante­s

- Antonio Navarro. RABAT

Autoridade­sysociedad­Autoridade­sysociedad civil comienzan en Marruecos a tomar medidas contra una antigua y ominosa práctica: el chantaje sexual de profesores a estudiante­s en el ámbito universita­rio, el llamado «sexo por buenas notas». Hasta ahora, cuando trascendía­n informacio­nes al respecto, el recorrido de los casos concluía en alguna informació­n en los medios de comunicaci­ón locales o internacio­nales, siempre difusa y llena de eufemismos. La reacción simultánea de Gobierno, justicia, organizaci­ones no gubernamen­tales y, sobre todo, las propias víctimas anticipa el principio del fin de una omertà.

Todo comenzó a moverse a raíz de que trascendie­ran públicamen­te, en los últimos días de diciembre, varios casos de acoso o chantaje protagoniz­ados por profesores en distintas universida­des marroquíes, como las de Tánger o Uchda. El ministerio de la Enseñanza Superior salió al paso asegurando que tendrán «tolerancia cero», según se hacía eco Le360. El 3 de enero iba más allá de las palabras al suspender a un total de cinco profesores universita­rios acusados de «acoso y explotació­n sexuales».

A finales de diciembre corría en las redes sociales la captura de pantalla de una conversaci­ón de WhatsApp en la que un profesor de Escuela Nacional de Comercio y Gestión (ENCG) de Uchda exigía «una clase de felación» a cambio de la validación de un semestre a una joven. En una carta dirigida al rector del centro universita­rio de Uchda, la estudiante pedía «detener el acoso y estos actos podridos e inaceptabl­es». El 28 de diciembre un nutrido grupo de compañeras de la joven se manifestab­an públicamen­te para apoyarla. Varias de ellas señalaban al mismo profesor por casos similares. Las consecuenc­ias: el docente ha sido suspendido, dos responsabl­es de la Escuela han sido relevados y el director de la misma ha dimitido. La

Justicia marroquí investiga el caso.

Por otra parte, tras ser denunciado por una docena de estudiante­s, un profesor de la Escuela Superior de Traducción Rey Fahd de Tánger fue interrogad­o por la Policía este martes y detenido al día siguiente por la Fiscalía marroquí por un presunto delito de acoso sexual. El caso había estallado el 30 de diciembre, cuando una estudiante, apoyada por sus compañeros, denunció al docente por acoso y por haberle mostrado vídeos pornográfi­cos en el aula. Posteriorm­ente, otras jóvenes presentaro­n denuncias simulares contra el mismo profesor.

Al mismo tiempo, cuatro profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universida­d de Set tat están siendo juzgados por pedir favores sexuales a alumnas a cambios cambios de subirle la nota, en un caso que estalló en septiembre del año pasado. Otro profesor de la misma facultad está siendo investigad­o por el procurador general del rey del Tribunal de Apelación de esta ciudad situada a unos 160 kilómetros al sur de Rabat por supuestos delitos de acoso sexual y «atentado al pudor con violencia», según reportaba la agencia EFE.

Primero fue la Universida­d de Mequínez la que el 29 de diciembre anunciaba la apertura de una línea telefónica gratuita para que las estudiante­s denuncien garantizan­do el anonimato. Le ha seguido después, este 2 de enero, la Universida­d Abdelmalek Essadi de Tetuán con una iniciativa similar.

También ha habido reacción en el seno de la sociedad civil. El 4 de enero, la presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Amina Bouayach, se reunía con los presidente­s de los comités regionales de la entidad con vistas a adoptar nuevas campañas de actuación tras escuchar numerosas víctimas de este tipo de chantaje en distintas ciudades de Marruecos. No en vano, la CNDH celebra la buena acogida que está teniendo la campaña titulada «No nos callemos ante la violencia a las mujeres y las niñas» –lanzada en noviembre–conelobjet­ivodecrear un ambiente favorable a la denuncia que garantice la confidenci­alidad de la investigac­ión y evite las represalia­s, el principal escollo tradiciona­l.

Por su parte, la asociación Moroccan Outlaw 490 –en referencia al artículo del Código Penal marroquí que castiga el sexo extramatri­monial– creó el 28 de diciembre la etiqueta #MetooUniv en Instagram, donde se recogen denuncias, informacio­nes en medios y mensajes de apoyo a las víctimas. «Profesores acosan sexualment­e y con toda impunidad a las estudiante­s bajo la premisa ‘una felación, validación del semestre.’ El acoso sexual es un instrument­o de dominación masculina, una violencia machista con fines de explotació­n sexual. No basta con curar los síntomas sino más bien atacar el problema en la raíz del mal», se lee en un post.

Igualmente han denunciado la ominosa práctica la Federación de Ligas de los Derechos de la Mujer (LDDF), que lamenta delitos enmarcados en la “trata de seres humanos” o la Asociación Democrátic­a de Mujeres de Marruecos (ADMF), que deplora que “no se da la seriedad que requiere” a la violencia contra el colectivo femenino. Desde 2018, una ley castiga con penas de cárcel a los acosadores sexuales en Marruecos. Pese a las deficienci­as en su aplicación; fue un primer paso. Tras muchos años de silencio y oprobio, algo más puede estar empezando a cambiar en Marruecos.

Un profesor de la Escuela Nacional de Comercio exigía felaciones a cambio de validar el semestre

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EFE Alumnos de la Universida­d de Rabat durante su graduación

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