Virginia Feito, la nueva dama del terror psicológico
► La autora publica un deslumbrante «thriller» sobre la personalidad de una esposa que se siente traicionada
Milagroso el debut literario de Virginia Feito, autora española que ha abordado su primera novela en el idioma de Shakespeare. En sus páginas conocemos a la Sra. March, esposa de un novelista y que lleva una vida desahogada en el Upper East Side en una década no detallada de mediados del siglo XX. La conocemos, de verdad, preparándose para una gran fiesta –en homenaje a «La señora Dalloway», de Virginia Woolf– para celebrar la última novela de su esposo, George. Una obra que ha alcanzado tal éxito que incluso su pastelera favorita la felicita por haber sido la musa que inspira a su marido para perfilar a su protagonista, ¡una prostituta con la que nadie quiere acostarse y con los dientes llenos de sarro! La señora March, mujer obsesionada con las apariencias comienza a sentir el germen de la mayor de las humillaciones. Pero, ¿quién es ella, realmente? A medida que avanza la narración las evidencias se vuelven más inquietantes. Bajo sus guantes tiene las manos andrajosas, anidan en ella impulsos violentos como cuando se imagina que todos la comparan con la protagonista de la novela y desea envenenarlos con arsénico, incluso, en otro de sus delirios, ve cucarachas correteando por su apartamento. Cada vez se vuelve más inestable porque está segura de que su esposo la ha traicionado en la ficción y se siente arredrada por la ama de llaves que evoca a la Rebecca de Du Maurier –libro que reposa en su mesita de noche–.
Psique fracturada
Puesto que ella es la llave de acceso, a medida que la realidad se diluye en su paranoia, el lector dejará de hacer pie. El delirio ha arribado en la narración: un pescado parpadeando en un plato, cuadros que se transforman cuando los mira... Un thriller literario y un magistral estudio psicológico de una psique fracturada. Por no hablar de la carencia de un «yo privativo», el de la Sra. March, que imposta para sentirse segura en sociedad: hace pasar por suyas las ideas de un exprofesor. En los restaurantes, permite que su esposo pida. Entre las pocas veces que se afirma es a través de una amiga imaginaria, una doble cuya función parece dar voz a cosas que le exceden. Esto se ejemplifica en la metáfora de los guantes de menta que le ha regalado su esposo y que ella presupone que los demás verán como signo de mujer segura de sí misma. ¿Quién es la Sra. March? ¿Lo ha sabido alguna vez?