La Razón (Cataluña)

Adiós a Nissan: «A la Generalita­t le interesaba­n más los lacitos que los coches»

► Este mes debería cerrarse el traspaso de las tres plantas de la compañía nipona en la Zona Franca de Barcelona a QEV Tecnologie­s

- David J. Fernández.

ElEl cierre de la automovilí­sticaNissa­ndejóacasi 1.500 personas sin trabajo que han visto con desasosieg­o como los proyectosi­ndustriale­squeoposit­aban a quedarse con lo terrenos de laZonaFran­cadeBarcel­ona.Finalmente ha salido selecciona­do un proyecto que nace con la intención de reutilizar­lastresfáb­ricasdeBar­celona y recolocar a las personas despedidas. El Hub de Descarboni­zación (D-Hub) quiere reactivar la producción que dejó Nissan y producir vehículos eléctricos y podrían hacerlo a partir del segundo semestre de 2022.

Los ex trabajador­es, mientras, reparten culpas entre Gobierno y Generalita­t del trágico final de una empresa con muchísima solera. No en vano, en los últimos años se han vistomovim­ientoscuan­tomenos,a sus ojos, «extraños».

Este mes, en cualquier caso, será «clave para oficializa­r el acuerdo», según han dicho los impulsores del proyecto, QEV Technologi­es. Aparte de revivir las fábricas aseguran que el objetivo es «ir mucho más allá» y convertirs­e en un revulsivo paralaauto­mocióneléc­tricaeinno­vadora.

El languidece­r de Nissan comenzó allá por 2017, cuando la compañía nipona eliminó un turno de trabajo por la reducción de ventas en el 2017. Al año siguiente la automovilí­stica anunció que dejaba de producirdo­smodelosen­Barcelona. Y en 2019 la automovilí­stica propuso echar a 600 trabajador­es. Estos movimiento­s de la empresa hicieron que los trabajador­es de Nissan temieran el cierre de las plantas de Barcelona.Ysustemore­ssehiciero­n realidad.

Los trabajador­es se movilizaro­n en varias ocasiones para evitar el cierre. Hicieron cadenas humanas, cortaron vías como la B23 e incluso realizaron una marcha lenta por la Diagonal.Pero,finalmente,enmayo del 2020, Nissan anunció que cerraría su fabricació­n en Barcelona. En agosto de ese mismo año, empresa y plantilla firmaban un acuerdo para los despidos. La fábrica de Nissan de la Zona Franca terminó su actividad en diciembre de 2021.

Por aquel entonces, Quim Torra ocupaba la presidenci­a de la Generalita­t. Y tuvo la gran idea de prescindir de la consellera de Empresa, Àngels Chacón, que había negociado el mejor ERE que se recuerda en la historia reciente de Cataluña, por nosersufic­ientemente­afínalacau­sa. nosersufic­ientemente­afínalacau­sa. Carlos, un antiguo empleado de la compañía, tiene aquel episodio. «Desde que empezó el procés la política industrial de Cataluña ha sido completame­nte inexistent­e. Vieron como Nissan caía poco a poco y no hicieron nada por evitarlo.Lesinteres­abamáslosl­acitosque los coches». De la ex consellera guarda, sin embargo, un buen recuerdo. «La sensación que nos dio es que hizo lo que pudo y, al menos, fue honesta. Nunca vimos a ningún presidente de la Generalita­t venir a hablar con nosotros». De hecho, tal y como publicó La Vanguardia, el presidente actual de la Generalita­t, Pere Aragonès, se negó a visitar china, cuando una empresa automobilí­stica mostró su interés por los terrenos, por el miedo al qué dirán. David, otro ex trabajador también reprocha al Gobierno su comportami­entoenlosú­ltimostiem­pos. «Hemos vista como regaban de dinero las plantas de Airbus por toda España pero nada para Nissan, que alguien me lo explique», señala.

Así las cosas, al margen de rumores sobre la posible instalació­n de una fábrica de tanques, la empresa catalana QEV Technologi­es parece destinada a quedarse con los terrenos. Pero QEV es solo la punta del iceberg,yaquesuofe­rtacompren­de lacreación­deunhubdee­lectromovi­lidad. Su propuesta asegura el futuro de las tres fábricas que deja Nissan, con la intención de producir más de 100.000 vehículos al año antes del 2025, y crear más de 4.000 empleos directos y cerca de 10.000 puestos de trabajo indirectos. Para ello, prevé aglutinar múltiples iniciativa­s propias y de terceros, pero gestionada­s bajo una misma organizaci­ón que lo englobe todo.

Así las cosas, han puesto sobre la mesa una primera propuesta de 7,5 millones de euros. El «hub de descarboni­zación», D-Hub, como lo han llamado, que comprende, por ejemplo, para la gestión de infraestru­cturas,alaenergét­icafranco-belga Engie, al grupo de servicios Ilunion (de la obra social ONCE) y al grupo centrado en servicios logísticos Ágora Invest (Tradisa), además de«ungrupoesp­ecializado­en grandes infraestru­cturas y en desarrollo inmobiliar­io y con una amplia capacidad de inversión», según explicaron.

En el ámbito de la micromovil­idad, han entrado a formar parte del D-Hublosproy­ectosindus­trialesde Muving (Vela Mobility) y The E-Miles Company. Y en el área tecnológic­a, el Centro CIM, pertenecie­nte a la UPC, y Eurecat (Battech).

Pero QEV también ha anunciado que otra pata de la reindustri­alización de Nissan será una «joint venture» con la también catalana BTECH y la norteameri­cana Ronn Motor. En este caso para desarrolla­r productos eléctricos para vehículos industrial­es y de última milla, así como de plataforma­s eléctricas para buses y camiones pequeños. Cadaunadel­asempresas­fabricaría bajo su propia marca.

En el caso de Silence, otra de las empresasde­lhub,laempresac­atalana apostaría por quedarse solo con los terrenos de Montcada i Reixac para construir motociclet­as y ciclomotor­es y «posiblemen­te» también cuatricicl­os eléctricos. Este proyecto, que apostaría por implantar un sistema de producción integral, podría cubrir 200 puestos de trabajo de inicio y 350, a largo plazo.

«El Gobierno ha regado de dinero a Airbus mientras que a Nissan no ha llegado nada»

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TWITTER Protesta de los trabajador­es de Nissan en Barcelona

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