Los catalanes piden menos «procés» y más servicios
► Sitúan como prioridad en el sondeo del CEO que el Govern se centre en la gestión
Munición para Esquerra y para el Gobierno. El «procés» ha ido perdiendo fuelle en los últimos tiempos y el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CIS catalán) se encargó ayer de corroborarlo con una encuesta: los catalanes han invertido claramente el orden de sus prioridades y ahora prefieren que el Govern se dedique a gestionar los servicios públicos y relegue el «procés» a un segundo plano. Estos datos benefician sustancialmente a Esquerra, partido que gobierna ahora la Generalitat y que prefiere enfriar la confrontación con el Estado, Estado, y, por extensión, también al propio Gobierno, que trata de seguir sorteando la crisis política catalana y dilatando la mesa de diálogo, tal y como está haciendo ahora para evitar que interfiera en las elecciones de Castilla y León.
La tendencia sobre los intereses de los catalanes es clara: en diciembre de 2019, justo dos meses después de la sentencia que condenaba a los líderes independentistas a entre 9 y 13 años de cárcel, un 56% de la población consideraba que la prioridad del Govern tenía que ser resolver el «conflicto entre Cataluña y España» mientras que solo un 36,8% tenía como prioridad que el Govern se dedicara a gestionar los servicios públicos. Ahora es al revés: un 59% apuesta por que la Generalitat se centre en gestionar los servicios públicos y un 37% que se dedique al «procés». Y es una tendencia social muy transversal: de hecho, los votantes de todos los partidos (incluido ERC y CUP), salvo JxCat, opinan mayoritariamente en esa línea.
La encuesta, que tiene como objetivo medir la valoración ciudadana del Govern y los servicios públicos, se ha elaborado con 1.500 entrevistas entre el 25 de noviembre y el 15 de diciembre: es decir, cuando la sexta ola se estaba disparando, pero la Generalitat todavía no había emprendido restricciones.
En este sentido, los catalanes también continúan suspendiendo al Govern: ha habido en los últimos meses una ligera mejora en la nota media hasta alcanzar la de 4,85 ahora, pero es poco significativo, porque en septiembre de 2020 obtuvo un 4,78, y en diciembre de 2019 un 4,46. Sigue, en todo caso, muy lejos del 5,48 de 2016, un año antes de la fase más frenética del «procés». Por lo que respecta a la valoración de la gestión del Gobierno del Estado, los catalanes también la puntúan por debajo del 5, y en concreto obtiene una nota media de 4,41 sobre 10.
Asimismo, otro indicador que refleja el desafecto de los catalanes por la Generalitat es que continúa creciendo el número de ciudadanos que tiene una imagen negativa de la administración pública catalana: ha pasado de un 25,1% en 2016 a un 40,6% ahora. Una tendencia que diverge con la percepción que tienen los catalanes de la administración pública española, que se ha mantenido inamovible: en 2018, el 55% de los catalanes tenía una mala imagen del funcionamiento del Estado, y ahora es un 56%. Es decir, mientras la percepción sobre el Estado es estable (aunque mala), sobre la Generalitat va a peor.
De hecho, más de la mitad de los catalanes considera que el Govern, que echó a andar en mayo, no sabe cómo resolver los problemas de Cataluña: en concreto, un 52%. Un 43% considera que sí que sabe cómo dar solución a los problemas, pero necesita tiempo y tan solo un 2,1% cree que los está resolviendo.
Otra de las cuestiones candentes en Cataluña son los impuestos, ya que es la autonomía española con mayor número de tributos. Sobre esto, se detecta un descenso del número de catalanes que están dispuestos a pagar más impuestos a cambio de mejoras en los servicios públicos: en concreto, pasa del 38,9% en septiembre de 2020 a un 36,1% ahora. Lo que reclaman los catalanes mayoritariamente es mantener la carga impositiva actual para disponer de los mismos servicios públicos: se pasa de un 41,3% a un 48,2%. Un aviso a la CUP, que es el único partido que en los últimos meses ha exigido con mayor ahínco aumentar la presión impositiva, aunque se ha encontrado con el rechazo de JxCat, que lidera la consellería de Economía.
Finalmente, en materia lingüística, que ahora está en el centro de la política catalana porque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha tumbado la inmersión lingüística y la Generalitat ha iniciado una campaña porque considera que el catalán está en peligro tras la reducción de su uso, según sus datos, los catalanes aprueban la gestión del Govern con un 5,53 (la máxima nota fue en 2016 con un 5,94).
En cualquier caso, otra de las cuestiones que más llama la atención es que el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat lleva ya más de medio año sin elaborar encuestas que incluyan estimación de voto o porcentaje de apoyo a la independencia (en concreto, desde finales del mes de mayo).