Otitis externa en el gato
PodríamosPodríamos definir la otitis externa del gato como una inflamación, aguda o crónica, del conducto auditivo externo y del tímpano.
La presentación de este problema en los felinos alcanza hasta el 25% de todas las consultas de dermatología que se presentan en las clínicas veterinarias, lo que nos da una clara idea de la importancia de esta patología.
CAUSAS.
Las causas de una otitis externa felina engloban diversos tipos de factores:
Factores predisponentes:
. La anatomía de la oreja: la posición, la forma, la mayor presencia o ausencia de pelo... son factores que pueden ayudar a que una otitis adquiera mayor gravedad y por tanto una mayor dificultad de curación.
. La humedad del entorno:
los ambientes húmedos en general facilitan la presencia de ciertas patologías auriculares, como ciertas otitis externas. . El mal manejo de la limpieza
limpieza auricular: el uso de productos de higiene inadecuados, la insuficiente higiene, el uso de bastoncillos y sus más que posibles efectos traumáticos en el conducto auditivo externo... facilitan en gran medida la presencia de infecciones auriculares. . La inadecuada aplicación de tratamientos: la «automedicación», «automedicación», los tratamientos incorrectos... son procedimientos de «alto riesgo» para concluir en la aparición de otitis externas de difícil manejo (crónicas).
Factores desencadenantes:
. Parásitos externos (Otodectes cyntis, Demodex spp.): las otitis externas debidas a ectoparásitos ectoparásitos son indudablemente las otitis más frecuentes en los gatos.
. Dermatitis alérgicas y autoinmunes.
. Cuerpos extraños: los cuerpos extraños suelen afectar principalmente a aquellos ejemplares que desarrollan parte de su actividad vital en el exterior del hogar; entre los principales cuerpos extraños encontrados dentro del conducto auditivo del gato, las espigas y otros restos vegetales secos.
TRATAMIENTO
En demasiadas ocasiones una otitis externa «simple» se complica y se cronifica por la «automedicación» realizada por el propietario.
Debemos tener muy en cuanta que si no atacamos de raíz el problema este se mantendrá en el tiempo, complicando cada vez más su curación.
Por ejemplo: el uso de antibióticos en las otitis externas debe reducirse a los casos en los que se confirme una presencia bacteriana en el conducto; para ello deberemos realizar un cultivo y un antibiograma (pruebas diagnósticas para averiguar el causante) que nos aseguren la efectividad del tratamiento.