La Razón (Cataluña)

«Scream»: fuera máscara

La franquicia de Wes Craven se reinicia en su quinta entrega

- Matías G. Rebolledo.

Desde hace un tiempo, y siempre a la vanguardia de la central lechera, el terror viene tonteando con un nuevo término. Por si no tenían ustedes suficiente con aprenderse lo que era una «precuela», película que cuenta, después, lo que ocurrió antes, de un tiempo a esta parte ha nacido la «recuela» (del inglés «requel»). Se trata de secuelas modernas a cláMatt sicos que, en realidad, ya tenían una saga bien asentada. Así ocurrió con «Halloween», de 2018, en la que los eventos narrados eran consecuenc­ia solo del clásico original de 1978. Y así ocurre también con «Scream» (2022), que es una secuela de «Scream» (1996). ¿Por qué se llaman igual si son dos películas distintas?

Así las cosas, y en disposició­n de derribar las estatuas y los estamentos que haga falta, los directores e iconos del terror «indie», Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, se ponen a los mandos de la franquicia que levantó a base de ironía y auto-conscienci­a el bueno de Wes Craven. Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette vuelven a sus míticos papeles y la acción, una vez más, nos lleva a una serie de asesinatos en el pueblo más sangriento de EE. UU.: Woodsboro.

Coincidien­do con el cuarto de siglo desde el estreno de la película original, esa en la que la propia memoria cinéfila trascendía a la pantalla y se referencia­ban hasta la saciedad mitos como el de «Viernes 13», «Halloween» o «Pesadilla en Elm Street», la nueva «Scream» promete (porque no la hemos visto...) volvernos a preguntar cuál es nuestra película de terror favorita y, sobre todo, dar una pátina de modernidad al relato gracias a una nueva camada de jóvenes incautos. Así, en el reparto destacan ídolos adolescent­es como Jenna Ortega («The Fallout»), Melissa Barrera («En un barrio de Nueva York») o Dylan Minnette («Por 13 razones»), que harán frente a las nuevas tropelías del asesino «ghostface» e intentarán descubrir por qué, tanto tiempo después, este sigue obsesionad­o con Sidney (Campbell).

Objeto de mofa

Más allá del argumento, que imaginamos oscilará con fuerza hacia lo meta, lo que deja claro esta «recuela» es que «Scream», como saga y como película, se ha convertido en lo que juró destruir. De hecho, y ya en las de Craven, la misma idea de que los hechos del filme inspiraran una interpreta­ción «hollywoodi­ense» era motor y objeto de mofa, algo que ha acabado volviéndos­e en contra de esta nueva entrega. Para saber si la pareja de nuevos directores está más cerca del maestro del horror que creó a Freddy Krueger o de la «Stab» de la que se reían las películas originales, habrá que lanzarse a las salas. El verdadero terror es el de la taquilla.

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