Primer revés en la batalla de Biden por el voto
► El Senado rechaza levantar el «filibusterismo», lo que allanaría la aprobación de dos leyes para garantizar el derecho al sufragio
JoeJoe Biden prometió durante la campaña de 2020 reforzar las protecciones del voto, pero su batalla a favor de sendas medidas se ha topado con una férrea oposición republicana y divisiones dentro de su propio partido sobre eliminar una regla en el Senado que frenaría esas iniciativas.
Las medidas reforzarían la «Ley del Derecho al Voto de 1965» y servirían de contrapeso a leyes que adoptaron el año pasado cerca de una veintena de Gobiernos estatales republicanos y que, según los demócratas, restringen el acceso a las urnas e impiden el voto de las minorías. En el Senado, los demócratas impulsan el «Acta de Libertad del Voto» que, entre otros elementos, prohíbe la supresión del voto y reforma el sistema de financiación de campañas, y el «Acta de Avance del Derecho al Voto John Lewis», que combate la discriminación en las urnas. La idea de los demócratas es arrancar el debate y voto de las medidas el martes, aunque éstas no tienen vía libre para su aprobación.
El jueves, la Cámara de Representantes aprobó, sobre líneas partidistas, una iniciativa que permite la inscripción de votantes el propio día electoral; establece un día festivo para el sufragio; facilita el voto por correo, e incorpora elementos de la medida en honor a Lewis. Pero esta también afronta trabas en el Senado.
El debate se produce en un año de elecciones de mitad de mandato en las que los demócratas corren el riesgo de perder el control de una o ambas Cámaras del Congreso. Por ello, Biden lidera una intensa campaña de persuasión a favor de estas medidas, primero con un combativo discurso en Atlanta, en el que urgió a «proteger el corazón y alma» de EE UU, y luego con sendas reuniones en privado con senadores demócratas.
En declaraciones a LA RAZÓN, el senador demócrata por Georgia, Jon Ossoff, explicó que el Senado tiene «una obligación histórica de proteger el sagrado derecho al voto y resguardar la integridad de las elecciones estadounidenses» frente a los esfuerzos de los aliados del ex presidente Donald Trump para socavar las elecciones.
Por su parte, la analista Vanessa Cárdenas argumentó que EE UU atraviesa «una grave crisis democrática», y las iniciativas ayudarían a proteger el voto de las minorías. «El Acta John Lewis es esencial para proteger el voto. Elimina obstáculos impuestos por los Estados y permite supervisar las leyes electorales en Estados con antecedentes de discriminación».
Sin embargo, los republicanos han tachado las medidas de innecesarias. El senador Marco Rubio sostiene que «no hay esfuerzo amplio para suprimir el derecho al voto de las minorías en EE UU» y que los demócratas solo buscan una «toma federal» de las elecciones para hacerse con el poder en todos los niveles del gobierno.
La única opción de los demócratas es eliminar una arcaica figura parlamentaria en el Senado, conocida en inglés como «filibuster», que permite al partido en la minoría bloquear el voto definitivo de leyes a las que se oponen. El «filibusterismo» data de 1837 y ha sido usado por ambos partidos como herramienta obstruccionista. Para prevenir o superar ese bloqueo, las medidas requieren un mínimo de 60 votos, y los demócratas proponen reducirlo a 50, es decir, la mitad de senadores.
Biden ha precisado que apoya eliminar el «filibusterismo» solo para aprobar la ley electoral. Pero también ha sufrido un revés en estas lides, ya que los senadores demócratas Kyrsten Sinema y Joe Manchin han rechazado eliminarlo. El Senado está dividido entre 50 demócratas y 50 republicanos, por lo que esa objeción prácticamente hundiría el esfuerzo reformista. Sinema explicó que apoya las medidas, pero no «acciones que agraven la enfermedad de la división subyacente que ha infectado a nuestro país». «Si fallamos la primera vez, podemos volver e intentarlo. Esta vez hemos fallado», lamentó Biden.