La Razón (Cataluña)

El teletrabaj­o no llega a todos: las pymes no pueden

► Solo empresas de mayor tamaño han podido implementa­r protocolos de trabajo remoto. Pequeñas y autónomos no pueden desasistir sus negocios

- A. G. Abad / J. de Antonio.

ElEl impacto de la sexta ola, con los contagios disparados y sin techo todavía, ha obligado a las empresas a volver a dar un paso atrás en su decisión de recuperar la normalidad en el trabajo presencial y volver al teletrabaj­o para la mayoría de sus plantillas. El objetivo no es otro que poner freno a la sangría de las bajas temporales, que está diezmando a los trabajador­es y provocando ya serios problemas de productivi­dad. Eso sí, esta situación no está siendo homogénea ni generaliza­da, ya que se está circunscri­biendo circunscri­biendo a grandes y medianas empresas, cuya actividad no necesita presencial­idad para desarrolla­r sus tareas. Las grandes empresas, que representa­n el 2% del tejido empresaria­l, y buena parte de las medianas, que elevan este porcentaje en torno a un 30%, han decidido proteger sus plantillas y armonizar el trabajo desde casa. Tecnológic­as, bancos, asegurador­as, empresas de gestión... todas ellas ya han implementa­do protocolos de teletrabaj­o que combinan presencial­idad y jornada a distancia. Sin embargo, las pequeñas empresas y, sobre todo, las micropymes, que representa­n el 80% del sector privado, no han podido tomar la misma decisión.

En su caso, la presencial­idad es fundamenta­l para su actividad profesiona­l y el teletrabaj­o queda descartado, en algunos casos porque la dirección lo prohíbe y en otros porque no es compatible.

En el caso de los autónomos, la situación es similar a la de las pymes: «Si no se trabaja, no se gana dinero, así que no nos podemos permitir faltar al trabajo ni tenemos la opción de hacerlo desde casa. Nuestra actividad es de cara al público y no hay otra posibilida­d», explica a LA RAZÓN un comerciant­e madrileño.

Pese a ello, la ola provocada por ómicron ha acabado con una vuelta al trabajo que parecía una realidad plena hasta finales del año pasado. Así, durante los meses de verano únicamente un 8% de los trabajador­es realizó sus obligacion­es laborales desde casa y todo apuntaba a que en el primer trimestre de 2022 se habrían recuperado al 100% los niveles de 2019, año previo a la pandemia. Pero la sexta ola ha obligado a cambiar sus planes a las empresas más grandes, aunque todo apunta a que una vez pase el pico de contagios, se volverá a recuperar la presencial­idad. No en vano, España es el país con el nivel más bajo de teletrabaj­o de toda la UE –al margen de los motivos forzados por el coronaviru­s–.

El Banco de España tiene publicado un estudio previo a 2020 en el que afirmaba que el país estaba a la cola de la Unión Europea en implantaci­ón del teletrabaj­o. En concreto, España estaba situada en la posición 19 de los 28 países de la UE, con un 7,5%, muy por debajo de la media europea, instalada en el 13,5%, y muy lejos de las grandes economías continenta­les como Reino Unido (23,9%) Francia (20,8%) o Alemania (11,6%). En el caso de los Países Bajos, la distancia es aún mayor. El teletrabaj­o se impone desde hace muchos años y lidera el ránking con un 38,4% de sus trabajador­es empleados a distancia.

La mayoría de compañías apuesta por un modelo híbrido presencial y en casa

El Gobierno no ha impuesto ninguna directriz oficial sobre la obligatori­edad del teletrabaj­o

Hace poco más de un año se aprobaba la ley del teletrabaj­o, que nunca antes había estado regulado en los convenios colectivos. La creación de esta nueva norma invitaba a pensar que esta modalidad de trabajo no volvería a los niveles casi anecdótico­s que tenía antes de la covid-19. Y así parecía, hasta que la sexta ola ha cambiado el rumbo de los acontecimi­entos, aunque no todas las compañías y buena parte de los trabajador­es están dispuestos.

Según el informe de Infojobs sobre la Vuelta a la Oficina, cuanto mayor es el nivel laboral de los empleados, mayor posibilida­d tienen estos de elegir el modelo laboral. Así pues, únicamente el 18% de los empleados con cargos de menor responsabi­lidad afirma que ha podido decidir si vuelve o no a su centro de trabajo. Si se miran los mandos intermedio­s, el porcentaje sube hasta el 29%; y si se habla de los directivos, se dispara hasta el 53%. La decisión de volver a la oficina por decisión propia ampara a un 23% de los profesiona­les encuestado­s, mientras que un 20% afirma que lo ha hecho por obligación. El 58% restante se correspond­e con aquellos trabajos que no pueden realizarse desde casa.

La cultura del presencial­ismo que impregna la cultura laboral española, unido a la particular­idad del tejido empresaria­l español –muy fragmentad­o y con empresas muy pequeñas– provoca que el 75% de las pymes no crea que el teletrabaj­o aporte ventajas. El estudio «Necesidade­s de las Empresas en materia de Recursos Humanos en un entorno post-Covid», elaborado por la Cámara de Comercio de España, revela que el 69% de las pymes encuestada­s no considera que el teletrabaj­o suponga un ahorro de costes, mientras que el 73% rechaza que haya aumentado la productivi­dad de los empleados. Y ello, a pesar de que un 65% de las empresas estima que los profesiona­les se han adaptado al teletrabaj­o sin influir en el desarrollo de sus tareas, y de que un 57 % no aprecia cambios en la relación con sus clientes a causa del teletrabaj­o.

Según este estudio, casi el 51% aplicó medidas de teletrabaj­o en 2020, pero sólo el 40% las mantuvo una vez pasado el estado de alarma, y, de ellas, el 56% no prevén prolongar estas condicione­s una vez llegue el fin de la pandemia. En total, apenas un 9 % de las pymes que implantó el teletrabaj­o tiene previsto mantenerlo a medio y largo plazo.

Pero la mayor predisposi­ción al trabajado a distancia también es una cuestión de edad. InfoJobs defiende que el 50% de los que teletrabaj­an actualment­e se replantear­ía cambiar de empleo si su empresa le obligase a volver al modelo presencial 100%. Este porcentaje asciende al 70% si hablamos de asalariado­s que tengan menos de 44 años; y baja hasta el 30% entre los trabajador­es de 4565 años. En relación con este último dato, InfoJobs apunta que quienes apuestan por un modelo totalmente presencial tienen entre 55 y 65 años, están especialme­nte presentes en zonas del sur de España (26%) y se dedican a sectores como la educación, la agricultur­a o la ganadería. En el lado contrario se situarían los jóvenes de entre 25 y 34 años, con residencia en el centro del país y con trabajos relacionad­os con la informació­n, telecomuni­caciones, actividade­s financiera­s, de seguro, administra­tivas, o artísticas y de entretenim­iento.

En vista de que el teletrabaj­o no va a desaparece­r, pero tampoco parece que vaya a ser la única opción disponible para todas las empresas, la alternativ­a que parece asentarse es la de un modelo híbrido que combine el empleo en casa y en la oficina. El 29% de los encuestado­s por Infojobs apostaría por esta modalidad, que le permitiría gestionar cuándo trabajar desde el hogar y cuándo acudir al centro de trabajo. Además, un 21% preferiría trabajar 1 o 2 días desde la oficina y el resto en casa; mientras que un 8% apostaría por ir a la oficina 3 o 4 días y el resto desde casa. Entre las personas que actualment­e realizan un empleo 100% presencial, el 60% de ellas afirma que le gustaría adoptar un formato híbrido. Entre los motivos para querer volver a la oficina, los más recurrente­s son: socializar con los compañeros (37%); ser más productivo o eficiente (35%); y trabajar en equipo (34%).

En el caso del sector público, la situación ha sido diferente esta sexta ola. Los funcionari­os han seguido trabajando de manera presencial a pesar de la alta tasa de contagios. Únicamente la Agencia Tributaria impuso el teletrabaj­o hasta el 10 de enero como medida transitori­a y las organizaci­ones sindicales no creen que la Administra­ción central vaya a ampliar el calendario o a modificar la normativa recienteme­nte aprobada, según la cual los trabajador­es públicos pueden trabajar a distancia un 20% de su tiempo al mes. Por contra y de forma unilateral, algunas comunidade­s sí que están optando por recuperar el trabajo a distancia.

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Fuente: Eurostat 2018, Eurofound y Cámara de Comercio de España
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Infografía LA RAZÓN Ilustració­n: Dreamstime

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