Disfagia: con lo que hay que tragar
TragarTragar es un problema complejo en el que hemos entrado por la Covid-19, pero se debe también a muchos otros factores. Se trata de una cuestión que tiene que ser abordada por un equipo multidisciplinar formado por otorrinos, rehabilitadores, endocrinos, así como personal de enfermería, además de médicos de atención primaria, ya que entre las graves complicaciones que puede tener este trastorno de la función deglutoria están, entre otros, la malnutrición y la deshidratación, la broncoaspiración, las infecciones respiratorias y la neumonía aspirativa.
En este nuevo escenario clínico originado por la pandemia, según un estudio, dos de cada tres pacientes sufren disfagia hasta seis meses después de la hospitalización por Covid-19, debido principalmente a las consecuencias de la intubación y la inmovilidad.
En definitiva, algo que parece tan sencillo como tragar, en realidad no lo es tanto. Y es que resulta que en la deglución participan, además del cerebro y de los nervios, unos 30 músculos de la cara, la boca y la garganta.
En España más de dos millones de personas tienen problemas para tragar líquidos y alimentos de forma eficaz, un trastorno que se conoce como disfagia orofaríngea. Entre quienes la sufren, por supuesto, los mayores, uno de cada cuatro. Pero no es exclusivamente un síndrome geriátrico, ya que cerca del 90 por ciento de las personas con enfermedad de Alzheimer, párkinson o esclerosis lateral amiotrófica, en fases avanzadas, también lo padecen y casi la mitad de quienes se han recuperado de un ictus.
Nunca pensé que la estadística me llevara a que más de dos millones de personas tengan el problema de lo que hay que deglutir con lo que hay que tragar. Es lo que hay.