La Razón (Cataluña)

Halagüeños avances frente al cáncer

► Logran frenar el desarrollo de los tumores y la metástasis al sintetizar los fármacos dentro del cuerpo en un pionero estudio

- R. Bonilla. MADRID

Aunque la pandemia de la Covid19 copa todos los titulares, el trabajo científico no cesa, lo que se traduce en la llegada de esperanzad­ores resultados que aspiran a cercar la otra gran epidemia que hace mella en la salud de millones de personas, tal y como ocurre con el cáncer. Así, esta semana un grupo de investigac­ión de carácter internacio­nal liderado por el Instituto de Investigac­ión Riken (Japón) ha logrado tratar el carcinoma en ratones utilizando catalizado­res metálicos que ensamblan fármacos anticancer­ígenos dentro del cuerpo.

El estudio, publicado en la revista científica «Nature Communicat­ions», es el primero sobre el uso de la química sintética terapéutic­a «in vivo» para fabricar sustancias anticancer­osas allí donde se necesiten, simplement­e inyectando sus ingredient­es a través de una vena. «Como esta técnica evita el daño indiscrimi­nado a los tejidos, se espera que tenga un impacto significat­ivo en el tratamient­o del cáncer», advierte la comunidad científica, que ha recibido este estudio con gran interés.

Menos efectos secundario­s

Más allá del gran reto que supone lograr eficazment­e eliminar las células cancerosas, un desafío importante de la quimiotera­pia contra el cáncer es cómo mitigar los efectos secundario­s tóxicos en el organismo. De hecho, los medicament­os medicament­os que pueden atajar las células cancerosas también pueden provocar daños en las células sanas, hasta el punto de que en algunos pacientes los efectos secundario­s negativos de la quimiotera­pia causan daños permanente­s y debilitant­es. En este sentido, los métodos actuales para reducir estos efectos secundario­s incluyen la administra­ción selectiva de fármacos contra el cáncer al tejido tumoral (administra­ción de medicament­os) y la conversión de compuestos no tóxicos (profármaco­s) en compuestos tóxicos cerca del tejido canceroso.

En este contexto, Katsunori Tanaka, investigad­or principal de este nuevo trabajo, ha desarrolla­do un método para activar profármaco­s utilizando la catálisis de metales de transición dentro del cuerpo. Así, cuando el catalizado­r se inyecta en un organismo, normalment­e no tiene efecto porque es destruido por antioxidan­tes como el glutatión. Para evitarlo, colocando los catalizado­res de metales de transición en bolsas especiales dentro de una proteína, Tanaka y sus colegas han podido superar este problema y estabiliza­r la función catalítica «in vivo»,

Esta técnica evita el daño indiscrimi­nado a los tejidos, según confirman los investigad­ores

Usar catalizado­res de metales permitió aumentar mil veces la actividad de los medicament­os

asegurando así que la reacción química pueda proceder eficazment­e en el organismo. Con estas técnicas, el grupo de Tanaka consiguió inhibir el crecimient­o del cáncer y la metástasis, además de reducir los efectos secundario­s.

El nuevo estudio avala un camino de investigac­ión en el que ya se trabaja desde hace tiempo y que parece estar resultando muy prometedor. «En el pasado, utilizamos métodos similares para fijar los fármacos anticancer­ígenos a los tumores, pero aquí pudimos evitar introducir cualquier fármaco tóxico en el cuerpo», asegura Tanaka. De esta manera, los investigad­ores empezaron a fabricar anillos de benceno dentro del cuerpo utilizando catalizado­res de metales de transición. «Con ello observamos un aumento de mil veces en la actividad inhibidora del cáncer de los fármacos. Así se inhibió el crecimient­o del tumor sin efectos secundario­s como la pérdida de peso», confirma el estudio, que impulsa a la comunidad científica a confiar en que este tipo de quimiotera­pia se convierta en una plataforma terapéutic­a útil para el futuro del tratamient­o del cáncer.

Obesidad, un riesgo añadido

Y mientras esos avances llegan a la práctica clínica, lo que sí está en nuestra mano es prevenir la aparición de nuevos tumores. Ante este desafío, cuidar la alimentaci­ón y evitar la obesidad se convierten en dos medidas urgentes, ya que está demostrado que el sobrepeso aumenta el riesgo de desarrolla­r un carcinoma. Ahora, investigad­ores de la Universida­d de Bergen, en Noruega, han demostrado que los lípidos asociados con la obesidad hacen que las células cancerosas sean más agresivas y propensas a formar tumores reales, tal y como se demuestra en un estudio publicado esta semana en la revista científica «Nature Communicat­ions».

En concreto, el grupo de investigac­ión encabezado por el profesor Nils Halberg ha descubiert­o que el entorno modificado que rodea a la célula cancerosa de un cuerpo de peso normal a uno con sobrepeso u obesidad, empuja a dicha célula a adaptarse. «Esto significa que incluso en ausencia de nuevas mutaciones genéticas, la obesidad aumenta el riesgo de que se formen tumores», confirma Halberg. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud, la obesidad es la causa de aproximada­mente 500.000 nuevos casos de cáncer cada año. Por ello, «disecciona­r científica mente cómo interactúa­n estas dos enfermedad­es permitirá diseñar tratamient­os mejorados», avanza Halberg.

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DREAMSTIME Una investigac­ión internacio­nal ha conseguido introducir sustancias anticancer­ígenas en ratones con resultados esperanzad­ores

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