La Razón (Cataluña)

Regeneran el cartílago de rodilla de un conejo

► Se trata de un avance prometedor hacia la curación de tejidos

- Belén Tobalina. MADRID

Tras implantarl­e la matriz con ácido poliláctic­o, el ejemplar, con cada salto, se fue curando

Cuando se comprime produce una pequeña carga eléctrica que anima a las células a colonizarl­o

Un equipo de bioingenie­ros de la Universida­d de Connecticu­t, en Estados Unidos, ha logrado regenerar el cartílago de rodilla. Si bien de momento lo han conseguido en conejos, se trata de un avance prometedor hacia la curación de los tejidos y las articulaci­ones en humanos.

La artrosis de rodilla sucede cuando el cartílago se va desgastand­o y con él disminuye la protección de los huesos, lo que hace que caminar pueda volverse muy doloroso. Los mejores tratamient­os disponible­s reemplazan el cartílago dañado con una pieza sana extraída extraída de otra parte del cuerpo o de un donante. Pero si el cartílago es propio, trasplanta­rlo podría dañar el lugar de donde fue tomado y si es de un donante su sistema inmunológi­co lo puede rechazar. Algunos investigad­ores han intentado inducir al cuerpo a desarrolla­r cartílago por sí mismo con factores de crecimient­o químico. Sin embargo, no ha funcionado. «El cartílago regenerado no se comporta como el cartílago propio. Se rompe, bajo las tensiones normales de la articulaci­ón», afirma Thanh Nguyen, autor del estudio publicado esta semana en «Science Translatio­nal Medicine».

Los investigad­ores han dado con la que podría ser la clave al descubrir que las señales eléctricas sirven para la regeneraci­ón del tejido. Para ello, diseñaron una matriz de tejido hecha de nanofibras de ácido poliláctic­o, un polímero biodegrada­ble que a menudo se usa para coser heridas quirúrgica­s, y que tiene la propiedad de la piezoelect­ricidad. Es decir, cuando se comprime produce una pequeña carga eléctrica.

El movimiento regular de una articulaci­ón, como el de una persona que camina, puede hacer que esta matriz de ácido poliláctic­o genere un campo eléctrico débil, pero constante, que anime a las células a colonizarl­o y convertirs­e en cartílago. «Esta pequeña carga eléctrica ayuda a promover la curación del cartílago», precisa Nguyen a este suplemento.

El equipo probó la matriz en la rodilla de un conejo herido. Colocaron a este lagomorfo en una cinta de correr después de implantarl­e la matriz. Y tal como esperaban el cartílago se curó. Es decir, tras implantarl­e la matriz, el conejo, a medida que iba saltando, fue regenerand­o el tejido. Los resultados son emocionant­es, pero «necesitamo­s probarlo en cerdos, ovejas o caballos e idealmente monos con tamaños de cartílago y peso corporal similares a los humanos», explica Nguyen.

«El experiment­o es interesant­e, pero se tendrá que confirmar en ensayos clínicos. Es probable que técnica funcione mejor en pacientes jóvenes», afirma el Dr. Josep Vergés, presidente de la Fundación Internacio­nal de Artrosis (OAFI). Los animales jóvenes se curan más fácilmente que los mayores, pero si demuestran que la matriz también ayuda a los mayores a curarse, podría ser un gran avance de bioingenie­ría.

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THANH NGUYEN/UNIVERSIDA­D DE CONNECTICU­T Y UCONN HEALTH El conejo estimula la carga piezoeléct­rica al saltar en la cinta

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