¿Guerra inminente o un farol de Putin?
► Rusia evacúa a su personal diplomático en Ucrania en lo que algunos interpretan como una señal del conflicto en el Este
Hoy se prevé la llegada a Kiev del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, como muestra de apoyo de la Casa Blanca, que ha amenazado a Rusia con tomar medidas sin precedentes en el caso de que tenga lugar la temida invasión rusa de la que tanto llevan hablando los estadounidenses. Después de Ucrania, Blinken se trasladará a Berlín para reunirse con representantes del Reino Unido, Francia y Alemania para abordar la situación en Ucrania. Podría viajar de allí a Ginebra para reunirse con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, según afirmó ayer el rotativo ruso «Kommersant, y que después confirmó el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Ayer mismo, el periodico norteamericano «New York Times» publicaba ayer que Rusia estaba evacuando a su personal diplomático en Ucrania, algo que podría ser interpretado como la preparación ante un conflicto real e inminente en la región oriental, o bien como un simple acto de propaganda del Kremlin para propagar el miedo. El periódico estadounidense afirmaba que el pasado 5 de enero, 18 personas, familiares de diplomáticos rusos, volvieron a Rusia en autobuses fletados por Moscú, citando a un alto funcionario de seguridad ucraniano que ha hablado desde el anonimato. Al parecer, días después ,otras 30 personas hicieron la misma ruta, esta vez desde las delegaciones de Rusia en Kiev y la ciudad de Lviv, situada en el oeste del país. Según esa misma fuente, al resto de diplomáticos rusos se les ha ordenado que estén preparados para abandonar el país.
Reducir la Embajada rusa en Kiev puede ser en parte propaganda, en parte la preparación para un conflicto que se avecina o en parte una simple maniobra de despiste, aseguran funcionarios ucranianos y estadounidenses, quienes también coinciden en que se podía tratar de un compendio de las tres.
Aunque el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha señalado que su embajada en Kiev estaba «operando como de costumbre», las lentas salidas de personal, que los rusos probablemente sabían que los estadounidenses y los ucranianos verían, se han convertido en parte del rompecabezas de lo que sucederá a continuación, reitera el diario.