Macron propone que la UE garantice el derecho al aborto
► El presidente francés aboga por un diálogo exigente con Rusia durante su discurso ante la Eurocámara
El presidente francés, Emmanuel Macron, compareció ayer ante el Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo para exponer las prioridades de la presidencia francesa de la UE, que coincide con la campaña electoral para las elecciones presidenciales que se celebran en el país en el mes de abril.
Fue un discurso sin grandes sorpresas en el que el inquilino del Elíseo desbrozó sus más que conocidas propuestas sobre la reforma del espacio Schengen, la digitalización, el salario mínimo interprofesional o el papel de la UE en el mundo, justo cuando la posibilidad de una nueva invasión de Ucrania por Rusia hace que la seguridad europea esté en peligro.
Como era de esperar, el presidente francés fue especialmente duro contra los partidos autoritarios que sacuden al continente, en un mensaje también en clave nacional que contrapone su discurso frente a las posiciones eurófobas de Marine Le Pen y Éric Zemmour, con quienes puede verse las caras en la segunda vuelta electoral.
Como propuesta más arriesgada y controvertida, Macron pidió cambios en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión para incluir en el texto el derecho al aborto y la protección del medio ambiente. La carta de Derechos Fundamentales fue aprobada hace 20 años, pero solo comenzó a ser legalmente vinculante con la aprobación del Tratado de Lisboa en 2009. Hasta ahora, el aborto no aparece en este documento y Bruselas considera este tema tan delicado una competencia nacional. Países como Polonia tienen actualmente una legislación muy restrictiva y Malta lo prohíbe por completo. De hecho, a nadie se le escapa el simbolismo de la iniciativa de Macron justo un día después de que la eurodiputada maltesa Roberta Metsola, que siempre ha votado en contra de la interrupción del embarazo en las resoluciones de la Eurocámara, fuera elegida como nueva presidenta del Parlamento con el apoyo del grupo de Macron y las críticas de la izquierda europea.
Este debate puede tensionar aún más las relaciones entre Bruselas y Varsovia, en un momento en el que la congelación de los fondos europeos por la deriva autoritaria que vive el país en aspectos como la independencia judicial parece más cercana que nunca. «El Estado de derecho es nuestro tesoro: lo que hay que hacer es volver a convencer a todos los que se han alejado de él», aseguró el inquilino del Elíseo para después advertir contra las dinámicas involucionistas. «Somos esta generación que vuelve a descubrir la precariedad del Estado de derecho y los valores democráticos, que toman decisiones más protectoras de las vidas y economías que los regímenes autoritarios. Estamos citados al combate de la democracia liberal, frente a la injerencia, para el progreso de los pueblos. Es un combate por el Estado de derecho, de los derechos universales humanos frente a las fiebres de la historia y sus dirigentes. Hay que volver a la igualdad entre las personas, en el derecho a un proceso equitativo con justicia independiente», aseguró el líder francés como dardo a Polonia y Hungría, en uno de los fragmentos más ardientes de su discurso.
El inquilino del Elíseo siempre ha defendido la necesidad de que la UE dialogue de tú a tú con Vladimir Putin, a pesar de que en junio los países del Este y las Repúblicas bálticas boicotearon sus intentos y los de la canciller alemana Angela Merkel para celebrar una cumbre UE-Rusia. Ante la alarmante concentración de tropas rusas en las frontera con Ucrania y mientras los tambores de guerra suenan más fuerte que nunca, Macron volvió a pedir ayer que la Unión tome la delantera para hablar alto y claro sobre un nuevo orden de seguridad y estabilidad, después de que en los contacto diplomáticos de la semana pasada la UE quedara eclipsada frente a las negociaciones bilaterales Moscú-Washington, que recuerdan a la Guerra Fría.
Macron hizo un llamamiento a que «Europa haga oír su voz sobre el control de armas, transparencia de actividades militares y respeto a la soberanía de todos. Estas últimas semanas deberán llevarnos a una nueva promesa europea, con otra arquitectura de seguridad decidida entre nosotros, los europeos, luego con la OTAN y, después proponerla a Rusia».
El presidente francés se mostró a favor de renovar los compromisos establecidos tras el derrumbamiento de la URSS y resucitar el formato de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) para resolver el conflicto bélico en la antigua república soviética. «Tenemos que plantear nuestras exigencias, un diálogo exigente frente a las manipulaciones, hay que construir un orden europeo basado en principios y reglas, que hemos aceptado y firmado con Rusia hace 30 años, entre las que se incluyen el rechazo al uso de la fuerza y de las esferas de influencia».