La Razón (Cataluña)

Al servicio, Rafa Nadal

► A octavos Sólo ha cedido una vez el saque en Australia. Ante Khachanov superó las primeras dificultad­es. Carlos Alcaraz rozó la hazaña contra Berrettini

- Francisco Martínez

RafaRafa Nadal ya está en los octavos de final de Open de Australia y sigue superando fases en su regreso a las pistas. La del rodaje y volver a competir después de seis meses por su lesión en el pie y tras pasar el covid la vivió en el ATP 250 de Melbourne. La de jugar a cinco sets fue en la primera ronda del Grand Slam frente a Giron y la de encontrar un rival que le diera ritmo y le plantara cara, en la segunda ante el alemán Hanfmann. Contra Khachanov se esperaba que llegaran los primeros problemas de verdad, y así fue, aunque costó porque el arranque del español fue sencillame­nte perfecto: impecable con su saque, sólido con el revés y haciendo daño con esa derecha que hace a la bola brincar, unos efectos que logró a pesar de que era su primer compromiso en Melbourne de noche, y las condicione­s cambian un poco. Pero después el jugador ruso se soltó y la respuesta de Rafa a los apuros también fue la habitual: recuperar el nivel para el 6-3, 6-2, 3-6 y 6-1 final. Cuando mejor estaba jugando Khachanov, cuando su extraña derecha encontraba las esquinas y hacía pupa de verdad a Nadal, llegó el golpe marca de la casa. Había ganado el tercer set el ruso y empezó lanzado el siguiente, con ritmo y confianza. Hizo una jugada de manual: sacó abierto para después tirar con la derecha al otro lado. El zurdo consiguió restar y salió disparado al otro lado para marcarse un passing de revés en carrera espectacul­ar. Era el 2-0 del cuarto parcial. La celebració­n estuvo a la altura del puntazo. Con acciones así se apagan los humos de cualquiera, y Khachanov ya no volvió a ser el de antes. Cuando mejoró fue tomando muchos riesgos y no se puede mantener eso infinitame­nte. Rafa iba más sobrado, casi siempre estable, con pocos errores de más.

Sí logró el ruso algo que nadie había conseguido hasta el momento: un break contra Nadal. Es más, el español no había tenido que hacer frente ni a pelotas de ruptura en contra en las dos primeras jornadas. Esa solidez la siguió mostrando ante Khachanov. Como ejemplo, el primer set: 16 puntos jugados con primer servicio, 16 ganados. Sólo cinco jugados con segundo, y cuatro que cayeron de su lado. Mejor, impo

«He mejorado todo. La posición en pista, de piernas, el revés... ha sido el mejor día…», dice Rafa

sible. No es un gran sacador el español, pero cuando está fino y con mucho porcentaje de primeros, desconcier­ta a los rivales por su condición de zurdo y porque con los tiros cortados saca de zona con facilidad a quien esté al otro lado de la red. Cuando ha sumado ese arma al resto que tiene es cuando mejor le ha ido en los torneos en pista dura. Su próximo rival será Mannarino, un tenista que aprovecha muy bien la fuerza del rival para jugar a la contra, y en el horizonte está ya un presumible duelo de cuartos contra Zverev, que sería la prueba definitiva para ver si el español aspira a este torneo de todas, todas.

Quien ya no está es Carlos Alcaraz, aunque sufrió una derrota de esas que dicen que ayudan a crecer, ante el número siete del mundo: 6-2, 7-6 (7/3), 4-6, 2-6 y 7-6 (10/5). El suspiro y la cara de Matteo Berrettini lo decían todo: había pasado un rato malísimo y su servicio le ayudó a sacar adelante el partido. Sus palabras también fueron significat­ivas: «Con la edad que tiene... Impresiona­nte», aseguraba el romano poco después de que el murciano se marchara entre aplausos. Otra grada que se mete en el bolsillo. El joven de 18 años prometía pelea con un arranque sensaciona­l. Imponente incluso desde su aspecto, camiseta sin mangas, músculos en los brazos y piernas preparadas para dar las carreras que fueran necesarias. Desperdici­ó cinco pelotas de break en los dos primeros juegos de saque de Berrettini y eso le sacó del duelo. No aprovechar las opciones le hizo perder el foco. La ruptura que le hizo el italiano le remató. Quiso recuperar el terreno por la vía rápida y durante un rato largo no metía tres pelotas: iban todas fuera. Matteo sumó siete juegos seguidos para ponerse 6-2 y 2-0. Pero en los partidos a cinco sets da tiempo a encontrar el camino de vuelta, a salir de la oscuridad, y Carlos tuvo la madurez para hacerlo. Lo logró jugando con más margen y buscando el revés de su rival, que tiene un tiro cortado maravillos­o, pero a dos manos es menos fiable. Y por ahí comenzó una remontada que se quedó cerca de ser completa. Llegó hasta el súper tie break del quinto. El saque de Berrettini, que jugó con primeros todo el desempate, decidió. «He estado cerca y cada vez lo estoy más con cada torneo que pasa. Ese es el objetivo, ser parte de los mejores», reflexionó el pupilo de Ferrero.

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Rafael Nadal celebra con energía un punto en su partido ante Khachanov
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