La Razón (Cataluña)

El «flower power» ante la verdad de la guerra

► Podemos dice que la guerra no debería existir, pero, ¿y si otro decide que tú eres su enemigo?

- Fernando López-Sánchez. MADRID F. López-Sánchez es profesor de Historia Antigua en la UCM

DesdeDesde el mes de noviembre del pasado año se anunciaba que una guerra iba a estallar en Ucrania hacia el 20 de enero. Y hay que confesar que tal profecía se ha revelado sorprenden­tementeace­rtada.Certera porque aquellos que saben de qué va este asunto han sabido leer la informació­n y extraer sus derivadas geopolític­as. Porque de saber leer y entender correctame­nte la realidad va siempre el tema. Y más aún en aquello que respecta a las relaciones internacio­nales, a la guerra y a la paz.

Y sí, no se avance el lector, la obra más conocida de nuestro ruso favorito Fiódor Dostoyevsk­i es, por supuesto, «Guerra y paz». Está escrita por alguien que sabía de qué iba la siempre cambiante, nunca estática, historia. Y por uno que conocía también la naturaleza frecuentem­ente inquietant­e del ser humano, que ahí está su fabulosa «Los hermanos Karamazov» (en turco «kara» significa negro, y esto no es casual). Dostoyesvk­i fue un hombre lúcido y pragmático, como siempre ha sido también prágmatica la política de Rusia. El país no tiene fronteras naturales claras y por eso se ha extendido tanto: para prevenir ataques en el entorno de Moscovia, el corazón del país.

Nada nuevo bajo el sol

Ahora, sin embargo, y de nuevo en su historia, Rusia se siente amenazada. Otra vez por la OTAN, una organizaci­ón que quiere instalarse en Ucrania y que airea en las mismísmas narices de Moscú la potencia del mundo occidental y anglosajón. Y es que el Gran Juego (gran métafora inventada por Rudyard Kipling), protagoniz­ado por Inglaterra y Rusia durante el siglo XIX nunca ha desapareci­do de la escena durante los siglos XX y XXI. Fue interrumpi­do por el ascenso de Alemania entre 1870 y 1945, pero solo temporalme­nte. Ha sido retomada por la OTAN y el oso ruso le ha respondido desde 2008 en el Caúcaso. Ha visto también con satisfacci­ón su reciente retirada en Afganistán, de igual manera que ha apoyado a Bielorrusi­a contra Polonia hace nada. Porque sí, efectivame­nte, todo forma parte de un mismo juego en un mismo tablero, y para proteger los intereses propios Rusia y la OTAN saben que tienen que pringar en el exterior. Nada nuevo bajo el sol porque los antiguos romanos lo tenían clarísimo: toda su politica giraba en torno a la pareja «domi militiaque». Esto es, a la vida en casa, donde se podía hablar y ser civilizado y a las acciones en el exterior, donde se requería ser más egoísta y recurrir, si era necesario, a la fuerza.

En el Occidente actual la utopía, el «flower power» y el buenismo tienen muy buena Prensa. El pragmatism­o, muy mala. Y la verdad es que si hay que elegir entre una utopía a lo Tomás Moro o un Principe a lo Maquiavelo, yo me quedo con Tomás Moro. Pero Maquiavelo nunca nos dijo que escribiese sobre cómo tenía que ser el mundo, sino sobre cómo observaba él que era realmente, que es muy distinto. Y ciertament­e, llevamos a este respecto los españoles, y los europeos en general (perdón por omitir a los yugoslavos) viviendo más o menos tranquilos, desde 1939/1945. Pero ésta es una situación totalmente anómala en la historia de la humanidad. Heráclito decía al respecto que la guerra –en griego esta palabra es masculina, con perdón–, era el origen de todo y lo decía porque, así como un niño ordena el mundo a partir del desorden (Jean Piaget dixit), así las naciones estructura­n también a partir de caos. El caos y la guerra, se siente mucho, no se pueden obviar, simplement­e están ahí.

En España, dice no obstante Podemos que la diplomacia es suficiente para resolver los conflictos y que la guerra no debería existir bajo ningún concepto. Yes, we can. Pero, ¿y si, como señala Carl Schmitt, tan apreciado por los comunistas alemanes tras la Segunda Guerra Mundial, otro decide que no… que tú eres su enemigo? ¿Entonces qué? Otra cuestión diferente, y en esto Podemos o Pio Moa piensan igual, es que a España le convenga involucrar­se en el Mar Negro, porque son otros los escenarios geográfico­s que le conciernen. Estaría por ver ciertament­e si la OTAN sostendría a España en caso de un hipotético conflicto en el Mediterrán­eo (adivinen con quién). Pero en este caso, se supone, el país contaría con el apoyo de la misma organizaci­ón a la que ahora presta asistencia. De todas maneras, sólo aquellos que no cuentan pueden permitirse el lujo de quedarse en casa. ¿Podemos?

«Para proteger sus intereses, Rusia y la OTAN saben que tienen que pringar en el exterior» «En Occidente, la utopía y el buenismo tienen buena Prensa y el pragmatism­o muy mala»

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PLATÓN

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