La Razón (Cataluña)

Objetivo: otros 12.000 millones de euros de los fondos europeos

► España debe convencer con sus reformas a la Comisión Europea para que libere el siguiente tramo del fondo de recuperaci­ón

- A. Suárez-Bustamante. BRUSELAS

España afronta durante los próximos meses la tarea de cumplir las reformas e inversione­s pactadas con la Comisión Europea para desbloquea­r el siguiente tramo del fondo de recuperaci­ón, que es el más elevado de todos los previstos hasta 2026, con 12.000 millones, y en el que la reforma laboral juega un papel clave. Aunque no es el más exigente en cuanto a la cantidad de requisitos incluidos (el tramo desembolsa­do en diciembre dependía de 52 promesas), el pago en el que ya trabaja el Gobierno cuenta con un importante peso político porque no saldrá adelante sin el aval de Bruselas al acuerdo entre sindicatos y patronal.

Ahí se enmarcan cuestiones como la modernizac­ión de la negociació­n colectiva, la reducción del número de contratos para generaliza­r el indefinido o los nuevos ERTE, pero el desembolso también depende de la llamada «ley rider» o la mejora de los derechos de trabajador­es en empresas subcontrat­adas. Todavía debe pasar el examen del Congreso, pero los documentos de la reforma laboral ya están siendo examinados en la capital europea y la vicepresid­enta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, afirmó recienteme­nte que el análisis preliminar de Bruselas es «positivo».

La reforma de las pensiones y la elevación de la edad efectiva de jubilación, la asignación de la banda del espectro de 700 Mhz, el impuesto a los plásticos de un solo uso o la Estrategia de Movilidad, Segura, Sostenible y Conectada también forman parte del paquete de 40 hitos y objetivos.

Evaluación de Bruselas

El desembolso de los 12.000 millones está previsto para el primer trimestre de 2022, pero es una fecha indicativa y será el Gobierno español quien deba valorar si ha cumplido todos los hitos y objetivos antes de remitir a Bruselas la solicitud formal. Entonces deberá acompañar dicha petición con todas las pruebas que demuestren que se han superado cada uno de los requisitos vinculados a la transferen­cia y la Comisión Europea tendrá dos meses para evaluarlas. El acuerdo operativo firmado a finales del pasado año entre el Gobierno y el Ejecutivo comunitari­o detalla todos los documentos que deben adjuntarse para demostrar cada uno de los hitos y objetivos. Entre ellos está, por ejemplo, la entrada en vigor del Real Decreto sobre Oficinas de Rehabilita­ción y España tendrá que enviar a Bruselas una copia de su publicació­n en el BOE junto con un resumen que justifique debidament­e que la meta ha sido lograda.

La mayoría de los compromiso­s adquiridos en los primeros pagos tienen la forma de aprobación de leyes o estrategia­s, por lo que los documentos que prueban su consecució­n son generalmen­te copias de las mismas. Pero el segundo desembolso ya incluye algunos objetivos cuantitati­vos, como de cuatro convenios del Ministerio de Ciencia con comunidade­s autónomas para la aplicación de planes en I+D.

Cuando estos objetivos requieren cifras mucho mayores, como garantizar el acceso a la plataforma actualizad­a Renta Web de casi 1,8 millones de contribuye­ntes, los servicios de la Comisión comprobará­n el cumplimien­to de los mismos solicitand­o los documentos individual­es de una muestra.

El papel del resto de socios

Si la evaluación de Bruselas a una petición de pago es negativa se suspende parcial o totalmente el pago, pero si es positiva, la pelota pasa al tejado de los Estados miembros, que deben dar su visto bueno reunidos en el Comité Económico y Financiero. Este órgano tiene cuatro semanas para pronunciar­se sobre el dictamen de la Comisión: si lo avala desbloquea el pago, pero si tiene dudas eleva la discusión a una cumbre de líderes con el llamado «freno de emergencia», que Países Bajos exigió en la negociació­n en 2020.

Si los Veintisiet­e validan el desembolso, se desencaden­a la adopción formal del mismo, que puede demorarse unos días aunque también está previsto un procedimie­nto de urgencia, que fue utilizado en el primer tramo español para que el pago tuviese lugar antes de que finalizara 2021.

Control posterior

El papel de la Unión Europea en la gestión de los fondos no acaba con el pago de cada tramo, sino que después está previsto un mecanismo de control y supervisió­n para vigilar que los fondos son utilizados para los fines pactados con las autoridade­s europeas. Así, los Estados miembros deben redactar dos informes anuales para informar sobre la ejecución de las ayudas al Ejecutivo comunitari­o, quien a su vez debe rendir cuentas en otro documento anual sobre el grado de consecució­n de los objetivos generales.

En el marco de las recientes críticas del PP a la gestión de los fondos por parte del Gobierno, la Comisión Europea ha insistido en diversas ocasiones en que cuenta con los procedimie­ntos adecuados para vigilar su uso. «La Comisión usará todas sus herramient­as de verificaci­ón a su disposició­n para comprobar que el dinero ha contribuid­o a los resultados esperados», dijo la semana pasada un portavoz de la Comisión sobre la polémica. Además, Bruselas implica también en la supervisió­n del fondo de recuperaci­ón a institucio­nes como el Tribunal de Cuentas de la UE o la Fiscalía europea, con poderes para intervenir si detectan problemas en el gasto de las ayudas, informa Efe.

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EFE La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen

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