La Razón (Cataluña)

Sébastien Loeb, el triunfo del talento y la edad

► El piloto francés ganó el rally de Montecarlo con 47 años tras pasar varias temporadas alejado del Mundial

- Fran Castro.

¿Imaginan que el Real Madrid alcanzara una final de Champions, propusiera a Ronaldo «el gordo» que volviera y que el brasileño fuera decisivo marcando goles como los de antes? ¿Imaginan a Zidane volviendo a jugar un partido importante, del más alto nivel, y ganarlo gracias a jugadas decisivas que llevaran su firma? El tiempo pasa para todos, pero el talento no, y algo muy parecido ocurrió el pasado fin de semana en el Mundial de Rallys, probableme­nte, la especialid­ad más exigente y peligrosa del actual automovili­smo. El personaje que ha protagoniz­ado la pasada edición del Rally de Montecarlo es Sébastien Loeb, que a sus 47 años (ya casi 48) conquistó su octava victoria en esta prueba. El francés ostenta nueve títulos y 80 triunfos en rallys del Mundial… El «problema» es que lleva fuera del campeonato casi una década a pesar de haber disputado, de forma esporádica, algunas carreras, sobre todo en 2018 cuando «reapareció» con Hyundai para tomar parte en seis citas de aquella temporada, en las que no tuvo grandes éxitos. Entretanto, Loeb ha corrido en circuitos, en el Dakar y en el Mundial de Rallycross.

Pero lo que ha conseguido este fin de semana no está al alcance de muchos. Ford le propuso correr en Montecarlo para ayudarles en el desarrollo del nuevo coche, ya que este año el reglamento técnico ha cambiado y ha arrancado la era híbrida en el Mundial. Es decir, nuevas mecánicas, coches algo más pesados y nuevas oportunida­des. Nadie esperaba que Loeb fuera a dar el rendimient­o que ha ofrecido peleando hasta el último momento con su compatriot­a Sebastien Ogier (Toyota), otra bestia del Mundial de Rallys que ahora empieza a pensar en la retirada, ya que en 2022 sólo tiene la intención correr algunas carreras. Y es que, los pilotos que han «volado» en Montecarlo no tenían planeado seguir el Mundial, sobre todo, en el caso de Loeb, que ahora tendrá que replantear­se si ampliar el programa que Ford le había propuesto. Le ha ganado la batalla a sus dos compañeros, mucho más jóvenes que él y en plena forma, y además, lo ha hecho con una copiloto nueva (la francesa Isabelle Galmiche), un puesto que en un rally del Mundial o de cualquier categoría es algo fundamenta­l.

A todo esto, Loeb no pudo entrenar todo lo deseable porque estaba en Arabia Saudí luchando por la victoria en el Dakar, donde acabó segundo. Loeb fue el piloto, la figura, que retiró a Carlos Sainz del Mundial cuando estaba en Citroën, la persona que escenificó el relevo generacion­al. Hoy, ambos todavía sorprenden por su rendimient­o. Sainz en el Dakar y Loeb en cualquier cosa en la que se suba. El galo mantuvo el pulso hasta el último día en una de las pruebas más traicioner­as que existen en el calendario del campeonato, con carreteras heladas que pueden presentar unas condicione­s cambiantes. Y para afrontar un reto así, al margen de talento, hay que tener mucho, mucho valor (por escribirlo de una forma amable…). Loeb sigue siendo historia viva de este deporte.

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EFE El piloto galo volvió a celebrar, como siempre, una victoria en el podio dando una voltereta

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