«No asumiré responsabilidades políticas por un disparate desagradable»
ÍñigoÍñigo Errejón fue denunciado por un ciudadano de 67 años que aseguró que el 2 de mayo de 2021 se acercó al líder de Más País en el centro de Madrid para pedirle una foto, que este se negó y que, al insistir le, le pegó una patada en el estómago. El diputado lo desmintió. Según él, rechazó hacerse una foto y se marchó. El lío se judicializó y el instructor debió dar algo de veracidad al relato de la víctima cuando Errejón afrontó ayer el juicio por un delito leve de maltrato que resultó suspendido porque la Fiscalía -siempre la Fiscalía– alegó que la togada podía no ser imparcial al haber instruido el asunto. La Audiencia Provincial confirmará a la juez a en cuestión ola sustituirá. Para que luego pataleen los camaradas de Errejón sobre que la Justicia no es garant is ta, sirve alPPy toda esa ristra de chorradas calenturientas que vierten habitualmente cuando vienen mal dadas en los tribunales. Pero esa es otra historia. El caso es que el diputado ha asegurado crecido que no contempla asumir responsabilidades políticas por un «disparate desagradable». Ha sido tajante y se ha quedado tan pancho. No se ha referido a que el proceso será sobreseído y que su honorabilidad será respuesta con un fallo absolutorio, sino que la suerte en el banquillo no salpicará a su desempeño público ni a su carrera política. En román paladino, que le importaba entre una higa y un bledo lo que un tribunal pudiera resolver sobre su conducta. Su señoría, por pureza de sangre, de nacimiento o de clase, no rinde cuentas en el mundo de los mortales. No todos somos iguales ante la ley. Lo de los códigos éticos en la izquierda son como los principios de Groucho Marx.