La Razón (Cataluña)

Movilizaci­ón social ante la desidia del Gobierno

►Las entidades constituci­onalistas se organizan para forzar a la Generalita­t a cumplir la resolución judicial

- J.Gallego/C.Rubio. BARCELONA

ElEl reloj se ha puesto en marcha ya: la cuenta atrás para el final del histórico sistema de inmersión lingüístic­a en Cataluña (vigente desde los años 80, desplegado por Jordi Pujol) se activó el viernes pasado. Desde entonces, se ha abierto un periodo hasta finales de marzo en el que habrá que ver si la Generalita­t cumple sus amenazas y desobedece la sentencia que obliga a impartir un mínimo de 25% de horas lectivas en castellano o mantiene el monopolio del catalán en toda la educación. En paralelo, el constituci­onalismo se ha organizado y ha iniciado una recogida de firmas para presentar una demanda conjunta ante los tribunales para forzar al Govern a que cumpla. ¿Y el Gobierno? De momento, parece del todo ausente.

Y es que el Gobierno es quien, teóricamen­te, debería instar a la ejecución de la sentencia del 25% de castellano que dictó en diciembre de 2020 el Tribunal Superior Justicia de Cataluña y avaló el Tribunal Supremo hace dos meses. ¿Por qué? Porque fue el Gobierno quien interpuso el recurso ante los tribunales: aunque también cabe matizar que fue en 2015, cuando en Moncloa estaba el PP. Por las señales que ha enviado hasta ahora, nada invita a pensar que el ejecutivo liderado por Pedro Sánchez, maniatado por sus socios de Esquerra, vaya a reclamar la aplicación de la resolución judicial. El último miembro del Gobierno en hacer referencia ha sido la ministra de Justícia, Pilar Llop, quien hace cinco días sí instó a la Generalita­t a cumplir con el fallo, aunque evitó aclarar si Moncloa exigirá la ejecución forzosa si el Govern de Pere Aragonès acaba desobedeci­endo.

Y es que, a la ambigüedad del Gobierno a la hora de pronunciar­se sobre la sentencia, hay que añadir que las entidades constituci­onalistas denuncian también el abandono al que están sometidas por Moncloa. Según explica a este diario la presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), Ana Losada, han pedido reiteradam­ente una cita con la ministra de Educación desde septiembre, pero no han obtenido ningún tipo de respuesta. La AEB es la entidad que lidera desde hace años la defensa de la educación en catalán y castellano y se ha erigido en referencia en la autonomía, un actor con capacidad y fuerza para la interlocuc­ión en este asunto (tal y como lo tiene Plataforma per la Llengua en el bloque independen­tista).

«Con la ministra de Educación, pedimos entrevista en septiembre, y han recibido petición porque nos lo han notificado, pero no se ha entrevista­do con nosotros. Tampoco nos llamó por el tema de

Canet de Mar sabiendo que estábamos detrás. No tenemos relación con el Gobierno», señala Losada, recordando también el caso de Canet, en el que los padres de un niño de cinco años consiguier­on que el TSJC ordenara que en la clase de su hijo se impartiera un 25% de clases en castellano, lo que conllevó una contundent­e campaña del independen­tismo en contra.

Lo cierto es que esta forma de proceder del Gobierno, cautivo del nacionalis­mo catalán, ha terminado por hastiar al constituci­onalismo civil, que se ha organizado para dar la batalla desde la calle y desde los tribunales. Así, la AEB ha organizado una campaña que está dando sus frutos y empieza a dar señales de que el constituci­onalismo está cada vez más musculado para derrotar al separatism­o. La entidad de Losada lidera la plataforma Escuela de Todos, que agrupa a 14 entidades probilingü­ismo, y busca adhesiones para forzar al Govern a aplicar la sentencia: en concreto, a estas alturas y en menos de un mes, ya se han recogido más de 300 firmas.

Una cifra que esperan incrementa­r hasta poder alcanzar las 3.000 firmas a finales de marzo, cuando vence el plazo de dos meses para tumbar la inmersión y empezar a aplicar el bilingüism­o en las aulas.

Desde la AEB confirman que instarán a su ejecución forzosa como entidad defensora del bilingüism­o. También con otra segunda demanda que agrupará todas las solicitude­s de las familias a favor del castellano recabadas por una Escuela de Todos a lo largo de estas últimas semanas, ambas cuando termine el plazo de dos meses, a finales de marzo.

El objetivo hasta entonces es multiplica­r esfuerzos para llegar con más fuerza al momento «cúlmen» de este periplo judicial. ¿Cómo? Con más carpas informativ­as en un mayor número de ciudades catalanas para expandirse principalm­ente por el área metropolit­ana. Y es que Barcelona y sus aledaños –además de Tarragona y alrededore­s– son zonas castellano­hablantes, donde más se acentúa la diferencia de lo que ocurre en las aulas con la realidad de la calle.

También han incrementa­do la difusión con carteles y anuncios para llamar a la movilizaci­ón social y luchar así contra la desidia del Gobierno, que no ha querido compromete­rse con hacer cumplir la sentencia -también puede instar a la ejecución forzosa como única parte personada en e ste caso-.

Otro de los objetivos de las entidades es llegar a los mayores de 18 años con la adhesión, por ejemplo, de la Asociación de Estudiante­s con la Libertad. Una de las últimas que se ha sumado a Escuela de Todos con el objetivo de ampliar el foco y atraer a estudiante­s de todos los ámbitos, también de Formación Profesiona­l y universita­rios, además de a profesores y responsabl­es educativos, cada vez más interesado­s y volcados con la campaña.

La campaña está dando frutos, como reflejan los datos: Losada recuerda lo difícil que era hace unos años animar a las familias a ir a los tribunales para pedir más castellano y, ahora, está habiendo una marea de personas. Y no solo alumnos, sino que también hay profesores: cada vez hay más que se acercan a las carpas para mostrar su apoyo al trabajo que están haciendo entidades como la AEB, aunque evitan aparicione­s públicas porque temen reprimenda­s en sus puestos de trabajo. Muchos de ellos son interinos y su continuida­d en las escuelas depende de los directores de cada centro educativo, lo que impide a muchos expresar abiertamen­te sus posicionam­ientos.

Losada cree que esto irá a más porque las batallas en los tribunales se van ganando y porque también ayuda a difundir su causa los episodios de acoso, como el de Canet de Mar o el que, probableme­nte, sufra este domingo la entidad en Vic, ciudad en la que tiene previsto organizar una carpa, pero que la alcaldesa de JxCat, Anna Erra, trata de impedir. «Las sentencias y las informacio­nes que van saliendo generan un repunte de firmas», señala Losada.

Pero, más allá de la pugna por la obediencia o no, ¿cuándo se debería aplicar la sentencia? ¿De inmediato o habría que aguardar al siguiente curso ya? Según explica Losada, «desde el mismo 20 de marzo, se puede dar cumplimien­to». Recuerda que, generalmen­te, cuando se ha ordenado aplicar el 25% de castellano en un aula, el colegio siempre ha tenido un mes para aplicar el cambio; por tanto, ahora, se puede hacer igual porque es cada centro educativo quien tiene que hacer sus propios cambios (sin esperar órdenes del conseller) y tiene los recursos. «Todos los profesores tienen nivel suficiente para hacer clases en castellano y hay material también», señala Losada. «Otra cosa es que el Govern elabore un calendario para aplicar la sentencia», zanja.

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ALBERTO R. ROLDÁN Imagen de dos personas con sendas banderas de España tras una manifestac­ión en Barcelona

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