Aprender a convivir con la mascarilla
LaLa obligatoriedad de usar la mascarilla en lugares cerrados, ahora incluso en la calle en algunos países europeos como España, es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos durante un tiempo. Al igual que las dosis de refuerzo de las vacunas frente al
SARS-CoV-2, que causa la Covid-19. Las conclusiones de un estudio sueco de impacto en 44 países publicado en la revista científica «American Journal of Preventive Medicine» no dejan lugar a dudas: los países en los que no se ha impuesto la obligatoriedad de utilizar mascarillas faciales han registrado mayor número de muertes por Covid-19.
La doctora Sahar Motallebi, de la Universidad de Lund, y autora principal de este trabajo, recuerda que si bien hay estudios previos que analizaron el impacto de las mascarillas en los casos de Covid-19, son pocos los que se centraron en si la utilización de estas herramientas pueden reducir las muertes por la infección del nuevo coronavirus. «Y ningún estudio ha analizado –matiza– los datos en varios países». La gran muestra de países culturalmente diversos en este trabajo retrospectivo abarca a una gran población, lo que ofrece a investigadores y clínicos más evidencia sobre el potencial que tienen las mascarillas para evitar contagios y salvar vidas.
A medida que los retrasos en la vacunación continúan desafiando los sistemas de salud en todo el mundo, este estudio sueco añade evidencia de que antes, e incluso después de la vacunación completa de la población, las mascarillas continúan siendo una medida preventiva eficaz contra la Covid-19. «En todas las variantes del nuevo coronavirus, las inoculaciones pueden reducir la tasa de mortalidad pero no necesariamente de morbilidad, y las mascarillas continúan protegiendo contra ambas», concluye esta científica.