Aniversarios sin celebración
EnEn estos días se cumplen tres efemérides sanitarias: dos años del inicio de la pandemia de Covid-19, dos años del actual Ministerio de Sanidad –de legislatura– y un año de la llegada de Carolina Darias al propio Ministerio.
En el primer caso, con más de 92.000 muertos y 9,2 millones de contagios (187.000 de ellos profesionales sanitarios); con fiascos recientes como la tardía intervención de los precios de los test de antígenos o el retraso en la adquisición de antivirales; con necesidades pendientes como la ley de pandemias, la agencia española de salud pública o la auditoría independiente de la gestión del Gobierno… y a pesar de la buena marcha de la vacunación, poco hay que celebrar.
En el segundo supuesto, mientras sigan sin resolverse cuestiones como el nuevo modelo de financiación, el real decreto de especialidades, la vinculación real de las decisiones consensuadas en el Consejo Interterritorial, la consecución del Pacto de Estado… y a pesar de mejoras como la reforma de atención primaria, la renovación del parque tecnológico o la nueva estrategia de salud mental, tampoco habrá mucho que festejar.
Y en el tercer ámbito, el hecho de ser la cuarta persona en ejercer el cargo desde 2018, poco o ningún margen deja al elogio por la falta de estabilidad y de continuidad que conlleva y que es imprescindible para implementar las reformas estructurales que requiere el sistema sanitario.
Así pues, tres aniversarios con poco motivo para la celebración y mucho margen para mejorar y activar medidas con las que actualizar el Sistema Nacional de Salud y adaptarlo –desde la sostenibilidad económica y el consenso con profesionales y pacientes– a las necesidades actuales y, especialmente, a las que están por venir.