El Estado asumirá 45.000 millones en negativo de la Sareb
► Ha lanzado una oferta simbólica de 195 euros por hacerse con el 100% de las acciones
Quedarse con el 100% de la Sareb. Ese es el objetivo marcado por el Estado, que a través del FROB, ha propuesto al resto de accionistas quedarse con el 100% de la compañía por un precio simbólico de 195 euros. El FROB es el principal accionista de la Sareb –el banco malo creado para dar salida a los activos inmobiliarios tras la crisis hipotecaria de 2008 y sanear sus balances– con una participación del 45,9%, pero el resto del capital está en manos de los principales bancos y algunas aseguradoras, que desde hace unos días tienen encima de la mesa la oferta formal para vender sus acciones.
El pasado 18 de enero, el Consejo de Ministros autorizó al FROB a ampliar su participación por encima del 50%, un primer paso para hacerse con el control total de la compañía. El detonante para tomar esta decisión llegó a raíz de que Eurostat, la oficina estadística europea, decidiera incorporar las cuentas de la Sareb dentro en los límites presupuestarios del Estado, lo que obligó a sumar 35.000 millones de deuda en 2020 y más de 10.000 millones de déficit. Ante esta situación, el Estado ha dado el paso para asumir el 54,1% del capital que no controla. El segundo paso será la presentación esta misma semana en el Pleno del Congreso de los Diputados del decreto ley que permite tomar el control de la sociedad.
Al cierre de 2020, el banco malo contaba con un patrimonio neto negativo de 10.500 millones y todavía tenía pendiente de devolver 34.918 millones. Es decir, más de 45.000 millones de patrimonio negativo, con una deuda avalada por el Estado que es superior a todos los activos por liquidar. A cierre del primer semestre de 2021, el valor neto contable se quedaba en 30.488 millones, 15.160 millones en activos financieros y 15.328 millones en activos inmobiliarios, según el último informe financiero de la entidad.
El Gobierno asume que la Sareb engordará las pérdidas asumidas ya por el rescate bancario. Así, señala que «es previsible que la Sareb no alcance a liquidar la totalidad de su activo antes de su disolución en 2027 y que se ejecute parte del aval del Estado en la deuda sénior emitida por la compañía y cuyos tenedores son las entidades cedentes de los activos», según explica su memoria de impactos recogida por Europa Press. También defiende que la reforma para asumir el control del banco malo «mejorará las cuentas de las instituciones públicas y reforzará la defensa del contribuyente». En todo caso, el agujero del llamado banco malo ya está incorporado en las cuentas de la Administración central.