«Estuvieron allí»
Interesante experimento entre la ficción y el rigor histórico son estas semblanzas (Algaida Editores) que, con mano maestra, nos regala el escritor Santiago Blasco, de quien ya he hablado alguna vez en esta columna. Este prolífico escritor, cuya vida profesional no se acerca ni de lejos a lo que escribe (Economista Forense, entre otras imperfecciones), es un enamorado de la historia y la ha llevado a sus novelas con tino y con gran equilibrio: aúna sus buenos conocimientos como aficionado al estudio de la Historia con su pericia narrativa. De sus novelas, de todas, a mi modesto juicio, se podrían hacer unas excelentes series televisivas para que nuestra juventud conociera lo que España ha sido y dejara de lado un rato los móviles, las tabletas o el visionado de series que no aportan nada positivo a sus vidas.
Ahora, sin embargo, no ha novelado una parte de nuestra Historia, sino que ha contado historias de unos personajes muy atractivos de nuestro acervo cultural. De nuevo, ha mezclado el rigor de los datos, con una magnífica base documental, con meterse en la conciencia de algunos de esos personajes para darnos nueve retratos apasionantes, y una ficción extraordinaria si hubiera ocurrido lo que él ha imaginado: que Felipe II y María Tudor hubieran tenido un hijo en su relación matrimonial, lo que sin duda hubiera cambiado por completo el devenir del mundo y lo que hoy conocemos como países modernos. Tendrán ustedes, queridos lectores, en esta obra, una visión distinta, pero no distante, de personajes fascinantes como Isabel La Católica (para mí, la reina más grande de la Historia de la humanidad), de La Bella Otero, de Andrés Urdaneta (no se pierdan la historia de este vasco singular), de Catalina de Erauso (la Monja Alférez), de Cervantes (el más grande) y otros personajes interesantísimos. Una lectura muy recomendable.