Las heridas aún abiertas del conflicto de los Balcanes
► Sirviéndose de una amplia y extensa documentación, Luca Rastello indaga en las ruinas de Sarajevo
«Este es un libro de historias, no de Historia», afirma el autor en el prólogo de esta obra que nos acerca al cruento episodio de la guerra yugoslava que tuvo lugar entre 1990 y 1995. Años en que la hermosa ciudad de Saravejo fue casi totalmente destruida y la imagen de las ruinas de su legendaria Biblioteca impactó en nuestras espantadas retinas occidentales. Las «histomostrando rias» a las que se refiere son los testimonios de los que la vivieron allí, los que esquivaban la muerte, hombres, mujeres, niños y ancianos, que corrían en zigzag por las calles para evitar los disparos de francotiradores de los dos bandos enfrentados: serbios y croatas.
Cárceles abarrotadas
Precisamente el francotirador cobró especial relevancia en el imaginario de aquella guerra y Luca Rastello comienza el libro hablando de ellos a través de Zarco, tristemente famoso y juzgado en el Tribunal Internacional de La Haya. Paulatinamente, el autor va el conflicto desde diferentes perspectivas, aportando datos históricos, testimonios de ambos bandos y su experiencia personal en «actividades humanitarias» que no le sirvió de salvoconducto para eludir la violencia y la cárcel. En zonas controladas por los serbios se levantaron campos de exterminio, las aulas de los colegios se convirtieron en abarrotadas cárceles y un odio tan antiguo como envenenado se desató sin control. Las páginas de este libro estremecen por tanta violencia desatada y al mismo tiempo se agradece que su autor haya encontrado el tono exacto de objetividad y compromiso para explicar tanta locura.