Chapuzas en el Parlamento
LosLos protagonistas de la frustrada moción de censura de Murcia se han vuelto a encontrarcon la reforma laboral, como si hubiesen jugado la revancha. Realmente faltaba alguno, por ejemplo, José Luis Ábalos lo ha visto desde el Valhalla, paraíso vikingo en el que descansan los guerreros muertos en combate. Pero repiten los actores principales, Félix Bolaños por parte socialista y García Egea, por el PP. Murcia no había sido nunca tan importante en la política nacional como con esa operación diseñada por Bolaños.
La reforma laboral, asunto estrella de socialistas y populares, sirvió el terreno abonado para el segundo asalto. Nuevamente Bolaños era el encargado de muñir acuerdos y Egea de deshacerlos. El resultado del partido de vuelta no fue una victoria clara para ninguno de ellos, tampoco un empate, sino más bien una derrota de ambos.
Bolaños ha puesto al Gobierno y al PSOE al borde de la crisis, amén de la imagen de ingobernabilidad que se ha transmitido a Europa. Murcia y esto son demasiados errores para un negociador, si no gozase de la protección de Begoña Gómez ya habría sido defenestrado .
Eso sí, no es el único que ha intervenido en la negociación con UPN.Cerdán, que es la marca blanca deÁba los, también estuvo en Murcia.
E ge a es el otro derrotado. Está claro que la cosa llevaba su peligroso sello personal: dos diputados que extrañamente cambian, in extremis, su voto, después de tener contactos con el PP. Lo que no estaba en sus cálculos es que su mano derecha y persona de confianza se fuese a equivocar pulsando un botón. Ahora, debe estar tirándose de los pelos en algún rincón porque se le ha escurrido entre los dedos la oportunidad de dar un golpe en la línea de flotación deSánc he zy no puede responsabilizar a nadie, porque asestar un golpe a su dos sería como autoinfligírselo.