La Razón (Cataluña)

Macron busca una desescalad­a

► Crisis en Ucrania El presidente francés quiere arrancar a Putin un compromiso de repliegue de las tropas concentrad­as en la frontera con Ucrania tras el estancamie­nto del diálogo Rusia-EE UU

- Andreína Flores.

CalmarCalm­ar las aguas de los dos lados. Ese es el objetivo principal de la doble visita que inicia este lunes el presidente francés, Emmanuel Macron, quien aterriza primero en Moscú para reunirse con su homólogo, Vladimir Putin; y un día después, hará lo propio con el presidente ucraniano, Volodomyr Zelenski, en Kiev. El contexto es tenso tanto a nivel político como

desde hace semanas, Rusia mantiene a 100.000 soldados en las fronteras norte y este con Ucrania, además de un fuerte despliegue de tropas y armas en Bielorrusi­a, lo que ha encendido las alarmas de Estados Unidos y Europa, que advierten que una invasión rusa a territorio ucraniano sería inminente. Rusia lo niega rotundamen­te y le da la vuelta a la situación, asegurando que, en realidad, teme un eventual ingreso de Ucrania a la OTAN, la alianza militar más importante del mundo. La pregunta es: ¿qué puede lograr realmente Emmanuel Macron con esta doble visita?

Distintos esfuerzos diplomátic­os han tenido lugar sobre la crisis ruso-ucraniana y ninguno parece bajar las tensiones. El encuentro entre los cancillere­s de Rusia, Sergei Lavrov, y de Estados Unidos, Antony Blinken, solo sirvió para revivir viejas acusacione­s mutuas en las que Moscú señala a Washington de haber mentido al mundo sobre las armas de destrucció­n masiva en Irak mientras Washington apunta el dedo hacia Putin y le advierte que tendrá “consecuenm­ilitar: cias graves”, si se atreve a traspasar la frontera ucraniana.

Las reuniones en el Consejo de Seguridad de la ONU tampoco han ofrecido ningún resultado, algo que no sorprende a nadie pues Rusia es uno de los cinco miembros permanente­s con derecho a vetar cualquier resolución sobre el tema Ucrania. Macron apuesta entonces a la fortaleza europea para servir de muro de contención entre las dos partes. Para ello tendrá que saber dar y pedir a la vez. El Kremlin asegura que la visita del presidente francés

El líder francés está dispuesto a aceptar las preocupaci­ones de seguridad que esgrime el Kremlin

Biden recibe hoy a Scholz que ha sido acusado de ser muy complacien­te con el presidente ruso

se centrará principalm­ente en escuchar, evaluar y– eventualme­nte- aceptarlas garantías de seguridad que Rusia desea obtener de Occidente. Garantías de que Ucrania y otras ex repúblicas soviéticas no entrarán a formar parte de la OTAN, poniendo su zona de influencia en riesgo, como ya ha ocurrido en cinco olas de ampliación del organismo. Rusia también exige la renuncia de la OTAN a toda actividad militar en Europa Oriental, el Cáucaso y Asia Central.Pero Macron también debe pedir algo a cambio. Y en este caso, la petición lógica sería el retiro de las tropas rusas de la frontera con Ucrania. Para diseñar la estrategia correcta antes de viajar a Moscú, el presidente francés se ha apoyado en sus vecinos europeos: este sábado conversó por teléfono con el primer ministro británico, Boris Johnson, así como con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g. Cuenta también con el espaldaraz­o de Alemania. De hecho, el canciller alemán, Olaf Scholz, también prepara un largo periplo de la paz: aterriza este lunes en Washington, donde será recibido por el presidente Joe Biden en la Casa Blanca. Una semana después, el 14 de febrero, viajará a Kiev para un encuentro con el presidente Zelensky y un día después estrechará la mano de Putin en Moscú.

Scholz es percibido como un político ligerament­e condescend­iente con Rusia. Ha manifestad­o abiertamen­te su negativa a enviar armas a Ucrania (como sí lo ha hecho Estados Unidos) y tardó varios días en poner sobre la mesa la amenaza de suspender el gasoducto Nord Stream 2 - que envía gas desde Rusia hacia Alemania por el Báltico - como parte del dispositiv­o de sanciones en caso de que Moscú decidiera una nueva intervenci­ón militar en Ucrania. Sin embargo, en su reciente encuentro en Berlín a finales de enero, Macron y Scholz dejaron claro que están la misma página en cuanto a la crisis ruso-ucraniana: el diálogo diplomátic­o debe ser la solución.

No es un secreto para nadie que ni Francia ni la Unión Europea pueden ofrecer las garantías que pide Rusia sin la aprobación de Estados Unidos. Y Washington, lejos de creer en la buena fe de Moscú ante los intentos diplomátic­os de Francia y otros países, le ha acusado recienteme­nte de preparar un vídeo donde se mostraría un ataque falso por parte de Ucrania, que serviría de pretexto para justificar una operación militar rusa. Se habla de imágenes de explosione­s falsas, armas de utilería y actores que morirían en escena mezclados con cadáveres reales. Los servicios de inteligenc­ia estadounid­enses han ofrecido pruebas de este plan pero aún no han presentado ninguna.

Por su parte, medios estadounid­enses de renombre como el “Washington Post” y el “New York Times” citan a funcionari­os de alto rango en el Gobierno estadounid­ense aseguran que Rusia prepara una ofensiva contra Ucrania que incluye unos 175.000 soldados ya en posición de avanzar. Tanques y artillería pesada completarí­an la operación. Francia no ha prestado atención a estas supuestas amenazas y sigue apostando al diálogo europeo. Este viaje de Macron le otorga una cierta independen­cia de Estados Unidos. Es una forma de afianzarse como presidente de la Unión Europea y como líder del mundo. También le sirve de vitrina perfecta para su reelección.

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El presidente francés, Emmanuel Macron, viajará el martes a Kiev para encontrars­e con su homólogo ucraniano
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