China no olvida a Li, el médico que denunció el Covid
Li se convirtió en mártir de la libertad de expresión. Contrajo posteriormente el SARS-CoV-2 y falleció en 2020
El doctor cargó contra los funcionarios, a los que acusó de silenciar la pandemia
Jamás imaginó que, en las semanas siguientes, se convertiría en un valeroso delator
EnEn 2019,el Dr. Li Wenliang era unoftalmólogo de 33 años relativamente desconocido en Wuhan, China. Hoy, a pesar de los esfuerzos de Pekín por restar importancia a la desdicha colectiva que vivieron los chinos durante el pico del brote en el gigante asiático, muchos han acudido a Internet para conmemorar al fallecido Li y expresar su persistente indignación por el manejo del gobierno del apande mi a tras su aparición en diciembre de 2019.
El 30 de diciembre de aquel fatídico año, Li descubrió un nuevo y extraño virus. Uno de sus pacientes en el Hospital Central de la ciudad de Wu han había mostrado síntomas de una enfermedad que se parecía al síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el mismo tipo de infección que había asolado China dos décadas atrás. Alarmado, envió un mensaje privado a un grupo de colegas médicos avisándoles de que había siete casos confirma dos de síndrome respiratorio agudo severo (Sars) y advirtió sobre un brote den eumo nía no diagnosticada en su hospital y les animaba a usar equipos de protección. Todos los casos habían sido rastreados hasta el mercado de mariscos de Huanan. En mitad de la noche, las autoridades chinas arrestaronaLiy le exigieron que explicar a porqué había compartido dicha información. Días más tarde, en prisión,le obligaron afirmar una declaración en la que se retractaba y fue acusado de perturbar el orden público. Tras ser liberado, volvió a tratara sus pacientes.
Jamás podría imaginar que en las semanas siguientes, llegaría a ser considerado en toda China y en el mundo como un valeroso delator. Fue una delas primeras personas en reconocer el brote de lo que ahora conocemos como SARS-CoV-2. El mensaje inicial del médico, que corrió como la pólvora por las redes sociales, ayudó a los facultativos a descubrir la nueva amenaza relacionada con el SARS. La historia de su hallazgo y el recelo del gobierno chino se extendió por doquier. «Exigimos libertad de expresión» se convirtió en un hashtag de tendencia en Weibo, la versión china de Twitter.
Pero Li se convirtió rápidamente en un mártir de la libertad de expresión. En un trágico giro de los acontecimientos, contrajo posterior mente elSARS-CoV-2y, tras un periodo en cuidados intensivos, murió el 7 de febrero de 2020. Antes de fallecer decidió hablar desde su cama delh ospi ospi tal sobre su experiencia .« Creo que una sociedad sana no debe tener una sola voz», aseguró. Pocos días antes de su muerte, presionó a favor de las reformas gubernamentales y la transparencia, detallando los errores del gobierno chino en la gestión de la crisis :« Si los funcionarios hubieran divulgado antes la información sobre la epidemia, habría sido mucho más eficaz. Debería haber más apertura y transparencia ». Su muerteindignación pública por la su presión de información vital por parte del gobierno, lo que finalmente obligó alas autoridad esa aumentar la transparencia. Ahora, el gobierno publica informes diarios sobre los casos confirmados o sospechosos. Dos años después de su muerte, la gente acude en masa a su última publicación en Weibo, agradeciéndole su valor.