Las piedras preciosas del hielo
► El objeto que se lanza en curling, deporte estrella de los Juegos, es de un granito que sólo se encuentra en Escocia
El curling es uno de los deportes más llamativos de los Juegos Olímpicos de invierno. Desde que entró en el programa olímpico en Nagano‘98, cada cuatro años es rescatado del olvido y los espectadores se sitúan ante sus televisores para ver a unos deportistas deslizar una pesada piedra sobre el hielo mientras otros compañeros barren la superficie para facilitar su desplazamiento y controlar su dirección. Son muchas las preguntas que los neófitos que se acercan a este deporte se hacen sobre él, como, por ejemplo, ¿cuánto cuestan las piedras de curling?, ¿cuánto pesan? o ¿de qué material están hechas?
Las piedras de curling están hechas hechas de granito, pero no de uno cualquiera. El mejor granito para fabricar estas piedras tan especiales procede de Ailsa Craig, una pequeñísima isla escocesa deshabitada, de un kilómetro cuadrado, situada en el fiordo de Clyde y a 16 kilómetros de Girvan, localidad ubicada en la costa oeste de Escocia. Si en el siglo XVI sirvió de refugio para los católicos que huían de los protestantes a causa de la Reforma escocesa, ahora guarda en sus canteras el preciado material con el que se hacen las mejores piedras de curling del mundo.
Se necesitan cinco horas de trabajo para hacer una piedra de curling, que tiene un peso de 19,96 kilos y un diámetro de 28 centímetros. La empresa Kays Curling las fabrica desde 1851 y es la encargada de suministrarlas a los organizadores de los Juegos Olímpicos. «Hace probablemente 200 años que Ailsa Craig es una fuente única de granito destinada a las piedras de curling. No hemos encontrado nunca hasta ahora ningún otro tipo de granito en el mundo que convenga para hacer una piedra de curling. Ha habido ensayos con una o dos de otras fuentes con más o menos éxito, pero ninguna de ellas era tan buena como la piedra de Ailsa Craig», explicó Jim Wylie, propietario jubilado de Kays Curling a la agencia AFP.
Las piedras, exportadas a 70 países, están compuestas por una mezcla de un granito azul no poroso, que tiene propiedades que impiden al agua congelada erosionar la piedra, y de granito verde, que es especialmente resistente a los choques. La base de las piedras no es plana, sino que está hundida ligeramente por el centro, por lo que solo está en contacto con el hielo un pequeño anillo exterior.
Cada equipo desliza ocho piedras en una pista de 45,5 metros de largo por 4,75 de ancho y el precio de cada de una de ellas suele oscilar entre los 450 y los 500 euros, aunque puede llegar a ser más elevado. Por lo tanto, cada juego de 16 piedras puede llegar a costar entre 7.000 y 8.000 euros.
El curling es una mezcla entre el béisbol y la petanca. Los partidos son a diez rondas y en cada una de ellas gana el equipo que haya dejado la piedra más cerca del centro. Cada piedra del equipo ganador que esté más cerca, suma un punto. Son diez rondas y el que más puntos acumula en total es el vencedor. Los partidos no pueden acabar en empate, por tanto habría una ronda extra en caso de igualada. España estuvo a punto de clasificar a su primera pareja para unos Juegos Olímpicos. Oihane Otaegi y Mikel Unanue pelearon hasta el último momento por entrar en los Juegos de Pekín, pero no lograron la clasificación en el Dobles Mixtos en el Preolímpico de Países Bajos. En España apenas hay 200 licencias de curling, una minucia comparado con el más de un millón que hay en Canadá, una de las grandes potencias de este deporte, donde casi en cada barrio se puede practicar.
La modalidad mixta es la primera que se está disputando en Pekín 2022. El 9 de febrero arrancará el torneo de hombres y un día después empezará el de mujeres. La competición se celebra en el «Cubo de Hielo», la instalación reconvertida que en los Juegos de verano de 2008 era el «Cubo de Agua», lugar donde Phelps hizo historia con ocho oros.