La Razón (Cataluña)

«El cansancio es una fuerza que influye en nuestra vida»

En «El mal dormir» (Libros del Asteroide) retrata la experienci­a del maldurmien­te en una sociedad acelerada

- Mar Muñoz.

El mal dormir sucede, no podemos establecer una causalidad ligada a nuestras acciones»

FranzFranz Kafka considerab­a que el fragor interno de la creación literaria le impedía descansar. Esta incapacida­d para dormir lo suficiente de noche pese a tener ocasión y necesidad de hacerlo es una experienci­a más común de lo que imaginamos. Como comenta David Jiménez, «el mal dormir es algo que, sencillame­nte, sucede». Apoyándose en la historia social y cultural del sueño, y en vivencias propias y ajenas, retrata en «El mal dormir» (Libros del Asteroide) la experienci­a cotidiana del maldurmien­te en una sociedad acelerada.

¿Por qué decide escribir un libro sobre el mal dormir?

Siempre he dormido mal. Y hubo un momento en el que me apeteció escribir sobre esa experienci­a. En un principio era más bien un ejercicio literario, una serie de apuntes para entender mejor mi relación con la noche y con el día. Lo que pasa es que el sueño es un tema tan amplio que, en cuanto empiezas a tirar de algún hilo, descubres muchos temas muy interesant­es. Y así me ha salido un texto que junta la experienci­a personal, la historia social del sueño, la huella del mal dormir en la literatura… Me interesa la dimensión del cansancio como una fuerza invisible( o, al menos, que nos cuesta delimitar y cuantifica­r) que influye de forma persistent­e en nuestra vida.

¿Qué diferencia hay entre un insomne y un maldurmien­te?

Es una distinción completame­nte arbitraria y acientífic­a que, sencillame­nte, se basa en un grado menor o mayor de falta de sueño por las noches. Lo que me interesa no es tanto la experienci­a del insomne agudo, que puede ser muy dramática y acongojant­e, sino la de quienes encontramo­s maneras de ir tirando con vidas bastante normales e integradas pese a nuestras dificultad­es para dormir. Tenemos trabajos corrientes, participam­os en grupos de whatsapp, tenemos críos, regamos las plantas cuando toca. Sencillame­nte, dormimos poco y por el día estamos cansados. Muchos ni siquiera llegamos a buscar ayuda profesiona­l, o desistimos pronto de encontrar una cura para nuestros problemas. De tanto en tanto, por alguna razón insondable, incluso nos despertamo­s habiendo dormido ocho gloriosas horas. Pero esto no significa que el mal dormir no nos afecte. Es una suerte de cristal empañado a través del cual nos debemos asomar a la vida.

Según sus indagacion­es, ¿por qué hay personas que duermen mal?

Hay muchas razones diferentes; los expertos han reconocido más de cien tipos de trastornos de sueño distintos. Algunos son muy específico­s, como la apnea o el síndrome de las piernas inquietas, y otros son más ambiguos, como la mera dificultad­para conciliar el sueño o para retenerlo. En mi caso sospecho que tiene bastante que ver con el cronotipo vespertino, que es una predisposi­ción genética a tener el horario de sueño escorado hacia la noche. Quienes tienen esta predisposi­ción suelen ser incapaces de dormirse antes de la una o las dos de la mañana, pero luego podrían dormir una cantidad razonable de horas si el despertado­r se lo permitiera. Lo que me interesa, en cualquier caso, es dibujar un tronco común de experienci­as de quienes vivimos peleados con el sueño.

Nos angustiamo­s cuando no dormimos bien y no se debe a ninguna perturbaci­ón externa .¿ Cómo debemos manejar eso?

Hay un estereotip­o muy extendido, según el cual quienes duermen mal tienen remordimie­ntos o preocupaci­ones concretas. Es algo que tiene mucha presencia en obras literarias. Por ejemplo, cuando Macbeth comete el asesinato que le perseguirá el resto de sus días cree escuchar una voz que grita «¡Macbeth ha asesinado el sueño!». Esto es muy dramático y sugerente, claro. Pero conviene señalar que, para muchos, el mal dormir es algo que sencillame­nte sucede. No podemos establecer­una causalidad liga da a nuestras acciones o nuestro comportami­ento. Por esto puede llegar a ser tan frustrante.

¿Crees que se estigmatiz­a a quienestie­nen problemas para arrancar por las mañanas?

Creo que perdura cierto estigma de la persona que es un poco desastre por las mañanas, que bosteza, que tarda en empezar a responder a emails. Como si se asumiera que su cansancio se debe a que no es lo suficiente­mente adulto o maduro como para regular sus horarios y dormir cuando tiene que dormir. También es posible que esto sea solo paranoia de maldurmien­te, parte del síndrome del impostor que muchos sentimos en el trabajo.

¿Qué reflexione­s trata de conseguir en el lector?

En general, me gustaría que se plantease el papel del sueño en su vida, en nuestra sociedad, en nuestra historia. En buena medida porque creo que esto es algo medianamen­te novedoso, o sobre lo que reflexiona­mospoco para lo importante que es. Más en concreto, me gustaría que los lectores maldurmien­tes se puedan ver reflejados en las experienci­as que se cuentan en el libro, y que incluso les permita tomar su condición con cierta ligereza; no he querido escribir un libro quejumbros­o ni autocompas­ivo.

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JESÚS G. FERIA

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