Borràs abre una guerra contra ERC para evitar la dimisión como presidenta
► La máxima responsable de la cámara catalana se revuelve tras las críticas recibidas por obedecer a la Junta Electoral
Esquerra pide explicaciones después por su gestión en la retirada del escaño a Juvillà
LaLa política catalana ha reducido los decibelios en los últimos meses dado que el «procés» está cada vez más moribundo. No obstante, lo que sí permanecen son las guerras entre bandos en el bloque independentista: concretamente, entre Esquerra y JxCat. Y ahora la batalla se ha librado en el Parlament y tiene como protagonista a un peso pesado: Laura Borràs. La presidenta del Parlament se niega a dimitir de su cargo tras obedecer y retirar el escaño a Pau Juvillà por orden de la Junta Electoral Central después de haber sido condenado (cuando se había comprometido a hacer lo opuesto) y, además, contraataca a sus rivales, a ERC y la CUP.
Tanto es así que la presidenta del Parlament apunta directamente hacia republicanos y antisistema, a quienes culpa de haber acatado la orden de la Junta Electoral con la inhabilitació de Juvillà. Según la dirigente, la propia Borràs y su entorno plantearon una propuesta de desobediencia conjunta que pasaba no solo porque la cámara ratificara el escaño de Juvillà pese a la orden de la JEC, sino porque también el Govern de Aragonès desoyera las sentencias judiciales para impartir al menos un 25 % de clases en castellano en las escuelas de Cataluña.
Pero la propuesta de Borràs no fue aceptada: «No se ha querido ir colectivamente hasta las últimas consecuencias», zanjó ayer en una entrevista en «Rac1», negándose a dar más explicaciones ni ahondar en los múltiples interrogantes que aún quedan por resolver. «Estamos aquí porque esta propuesta no ha sido aceptada», afirmó Borràs, que dio a entender que ni Aragonès ni la CUP tuvieron la voluntad de asumir un compromiso público» para hacer frente a la «agresión del conjunto» del Estado.
Borràs también ha señalado a su predecesor en el cargo, al republicano Roger Torrent, de crear un «precedente» al retirarle el escaño a Quim Torra y esa circunstancia considera que le perjudica a la hora de maniobrar. No obstante, cabe recordar que Torrent se lo retiró cuando el Tribunal Supremo había dictado sentencia firme, mientras que, en el caso de Juvillà, todavía no se ha llegado a ese punto. Es decir, la propia realidad desmonta los argumentos de Borràs.
En cualquier caso, ERC se defendió lanzando dardos velados a
Borràs: por un lado, reclamó explicaciones a la presidenta del Parlament para que haya transparencia y se sepa todos los detalles de lo ocurrido; y, por otro lado, también desmintió que Borràs propusiera un plan de desobediencia conjunto. «Si tiene una propuesta ganadora, que la explique a el país. Consideramos que la propuesta que nos hace avanzar para ganar la republica catalana es la de sumar esfuerzos», aseveró Vilalta.
Lo cierto es que detrás de esta batalla entre Esquerra y JxCat, que es la que ha aflorado, también se esconde una guerra interna en JxCat. El pulso que lleva arrastrándose desde hace meses entre las diferentes familias se ha acentuado aún más porque Borràs encabeza el sector más duro de los neoconvergentes y también hay quien espera este momento para poder descalbagarla del poder y terminar de desgastarla (ya quedó muy erosionada por la derrota en las elecciones). En Esquerra, en este sentido, hay voces que señalan que los ataques de Borràs tienen mucho que ver con este conflicto interno que atraviesa JxCat.
A pesar de la polémica, Borràs sigue sin hacer autocrítica siete días después de que la cámara diera de baja a hurtadillas el acta del diputado antisistema inhabilitado. Entre medias, paralizó la actividad parlamentaria en señal de protesta pese a haber obedecido el dictamen de la Junta Electoral desde el primer momento en una maniobra que ha recrudecido aún más las maltrechas relaciones en el seno del independentismo. La dirigente de Junts se atrinchera en el cargo, defiende su gestión -se ha escudado en los funcionarios para explicar cómo se dio de baja a Juvillày Juvillày ha descartado en todo momento renunciar a la presidencia del Parlament pese a reconocer que se lo ha llegado a plantear en los últimos días.