Aragonès reivindica sus viajes a ver a Puigdemont J.Gallego.
Pere Aragonès quiere desactivar cualquier conflicto con Carles Puigdemont. El expresidente de la Generalitat mostró su profundo descontento con la actitud de Aragonès durante la legislatura pasada, ya que, como vicepresidente de la Generalitat, no se desplazó nunca a visitarle a Bélgica. En cambio, en un guiño con el objetivo de mejorar las relaciones, Aragonès ha hecho ya en los últimos meses hasta dos viajes: uno a Bélgica y otro a Cerdeña, cuando Puigdemont fue detenido.
Y es que en el entorno de Aragonès se quiere aplacar, en lo máximo posible, el desgaste que puede provocar un continuo enfrentamiento con JxCat. De ahí que se trate de mimar y rebajar, en todo lo posible, la tensión con los posconvergentes, aunque sea una utopía. Y es que la prueba está en que la predisposición de los republicanos pasaba por acompañar y respaldar a Laura Borràs en la gestión de la retirada del escaño de Pau Juvillà, pero le ha salido caro porque, finalmente, los republicanos han quedado también perjudicados por los ataques de la presidenta del Parlament, quien los ha acusado de no comprometerse a desobedecer.
En cualquier caso, Aragonès quiso salir ayer a defender los costes de sus viajes a ver a Puigdemont : el de Bélgica tuvo un coste de 3.000 euros, que Ciudadanos denunció ayer en el Parlament. Carlos Carrizosa reconoció que viajes para promocionar económicamente a Cataluña están bien, pero criticó el uso de fondos públicos para ir a ver a un «fugado».
Aragonès salió a reivindicarlo y advirtió que continuará haciéndolo: cree que es «necesario» y «conviene».