Bale y una apuesta del Euromillón
CuandoCuando alguien va a la administración de loterías a dejarse unos euros en un ticket de Euromillones lo hace impulsado por la fe. Los matemáticos se ahorran un montón de dinero porque saben que es casi imposible que la apuesta premiada, entre millones y millones de combinaciones, sea la que tú tienes en el bolsillo. Pero los que somos de letras depositamos los cinco euros y pensamos lo mismo que dice el eslogan: «¿Y si cae aquí?». En el Real Madrid, hace tiempo que Bale se convirtió en ese décimo que guardamos los días previos al sorteo por si acaso, aunque con Gareth, además de suerte, hay talento y don de la oportunidad. El galés llevaba cinco meses y medio sin jugar, pero apareció en Villarreal para ilusionar a los que tienen memoria y recuerdan de lo que es capaz. No necesitó marcar para demostrar que es un futbolista distinto, y no porque le guste más el golf que el balón. Es diferente porque parece que nada va con él, pero si tiene el día te decide una final de Champions o de Copa del Rey.
Por el Real Madrid habrán pasado cientos de futbolistas más comprometidos que Bale, pero pocos tienen su hoja de servicios en los momentos decisivos. Él cabeceó el balón que rindió definitivamente al Atlético en Lisboa y apareció en la final ante el Liverpool para sentenciarla con dos goles, uno de chilena como si fuera un entrenamiento.
Con Benzema todavía en duda a dos días para el gran partido ante el PSG, de repente Ancelotti ha descubierto un falso «9» en Bale, un francotirador capaz de estar meses sin apretar el gatillo y no fallar en el momento adecuado. Él no es para todos los días, pero en los grandes escenarios vuelve a ser futbolista y entonces se puede ir a la administración a cobrar el Euromillones.