La Razón (Cataluña)

Un Clásico y una tendencia Mariano Ruiz Díez.

►El Barça ha ganado los dos duelos más recientes y las tres ultimas finales de Copa ante el Madrid. Los de Laso ven una oportunida­d para cambiar la dinámica

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LaLa Copa que se convirtió en Granada en la década de los noventa del siglo pasado, con las victorias del Estudiante­s Caja Postal y el Taugrés Vitoria, en terreno propicio para las sorpresas ha sido fiel a su trayectori­a de los últimos doce años. Desde 2009, cuando el Baskonia derrotó al Unicaja con prórroga incluida en Madrid, sólo han levantado el título Real Madrid o Barcelona con media docena de trofeos cada uno. Los tres últimos duelos directos en la final (2018, 2019 y 2021) han sido para los azulgrana: en finales apretados y con polémica o por aplastamie­nto como sucedió en la primera de la «era Jasikevici­us». El balance histórico del torneo sonríe a los blancos con 28 títulos, dos más que el Barça. En el vestuario del Madrid desde hace días estaba marcada la hipotética final con el Barça en rojo. «Sería hipócrita si dijera que no duele más perder contra ellos», comentaba Abalde antes de llegar a Granada. Tavares, en Abc, apuntaba en la misma dirección: «Odio perder con el Barcelona». Esta temporada ya ha habido tres precedente­s. En la final de la Supercopa un arrebato de Llull, cuando el Barça llegó a mandar por 19 puntos en el tercer cuarto, dio el título a los de Laso. En el último mes se han visto dos veces en Madrid y en ambas se impuso el Barcelona con autoridad (68-86 en Euroliga y 75-85 en ACB). Los dos partidos revelaron los problemas ofensivos que han asolado al Real Madrid en las últimas semanas.

Los aplazamien­tos por la sexta ola convirtier­on el calendario de los blancos en el último mes y medio en un ir y venir constante de partidos sin tregua. Las anotacione­s por debajo de los 80 puntos se han repetido en varias ocasiones. Pero es que el nuevo Madrid de Laso ha hecho de la defensa su punto de referencia con la imponente presencia de Tavares. Sanli, como ya hizo en partidos anteriores, tratará de sacarle de su zona de influencia para que no sea tan determinan­te como ante el Breogán y el Lenovo Tenerife. En el Madrid se espera mucho de Heurtel para el partido decisivo. El francés fue dos veces MVP del torneo en su etapa con el Barça. Sin Alocén y con la intermiten­cia de Williams-Goss su papel se antoja fundamenta­l para que el ataque fluya.

El Barça, al que en las próximas semanas le espera un calendario similar al sufrido por el Madrid en el arranque del año, se planta en la final con un aspecto muy sólido pese a la importante baja de Cory Higgins. Jasikevici­us ha conseguido, cómo para no hacerlo con su grado de exigencia, tener a todo el grupo implicadís­imo. Los síntomas de crecimient­o son múltiples: Laprovitto­la vive más cómodo de escolta, Exum se ha integrado plenamente, el banquillo produce, Mirotic siempre está sin consumir mucho balón, ha regresado Abrines... y el grupo transmite seguridad y la sensación de ser capaz de adaptarse a cualquier formato de partido que le propongan. Eso sí, BAXI Manresa y UCAM Murcia están lejos de suponer una amenaza como la que conlleva enfrentars­e al Madrid.

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