Por la música a la literatura

Al autor, Javier Rodríguez Álvarez, lo conocí en un inolvidable viaje a Egipto, poco antes de que empezara esta maldita epidemia, pandemia o lo que sea con tal de terminar en -demia. Y lo único que lamento es no haber conocido antes a quien será para mí siempre «El librero de Alcalá» que me solucionó la consulta de una oyente cuando yo campaba por las tierras del inigualable Carlos Herrera. Y el lamento es por su sabiduría, su magisterio y la amenidad con la que cuenta todo lo que su increíble vida alrededor del libro atesora.

Su nueva novela: «Atmósfera para amantes y ladrones», publicada por Éride ediciones, con una fotografía de cubierta escogida por el propio autor, remedo de unos de los lugares narrativos de esta preciosa novela, la Librería de Carmen, me ha llevado en el recuerdo a la tarde que pasamos en su ya extinta librería en Alcalá de Henares, en la que disfruté del olor y de la belleza que emanan de los libros cuando quien los vende es un enamorado de ellos.

Bien es cierto, como avisa el editor en la contraportada, que esta novela no es una secuela ni una segunda parte de la anterior, «El efecto Tyndall», pero quienes leímos esta tenemos la ventaja de conocer mucha intrahistoria de este personaje tan delicioso como controvertido, Carmen, y podemos degustar más esta aventura en un pueblo perdido de la sierra de Madrid.

Les diré que he disfrutado muchísimo con la ironía, el humor, la sensibilidad y el arte de narrar del autor, porque cuenta con mano maestra las aventuras de unas mujeres singulares (mucho más potentes que los hombres en la narrativa de Javier Rodríguez) y he descubierto, como Carmen, que algunos temas de Jazz remueven el alma si se escuchan con el corazón y que la literatura y la música maridan perfectamente. Excelente novela para este invierno.