La Razón (Cataluña)

Jasikevici­us tiene la fórmula

► El técnico lituano ha modelado un nuevo Barça con una dureza mental encomiable

- M. Ruiz Díez.

Saras Jasikevici­us presume siempre de que es muy bueno celebrando títulos. Para empezar, agarró el trofeo de campeón de Copa, se acercó al fondo donde había más aficionado­s del Barça e hizo amago de lanzársela tres veces mientras la hinchada culé enloquecía.

El lituano es el gran héroe del Palau por encima de Mirotic, el MVP en Granada, Calathes, Higgins...

El lituano llegó al Barça en verano de 2020 para acabar con el dominio del Madrid de Laso y lo está consiguien­do a golpe de títulos.

Saras ha dado con la poción mágica para romper la dinámica ganadora de los blancos en la última década. En su primera temporada levantó la Copa y la Liga ACB.

Alcanzó la final de la Euroliga, pero el Anadolu Efes fue superior en el partido definitivo. Esta campaña ya ha ganado la Copa y si se quedó sin la Supercopa fue por un arrebato de Llull después de mandar por 19 puntos en el tercer cuarto.

La plantilla azulgrana ha asumido que su líder vive en el banquillo. Jasikevici­us vive los partidos con más intensidad que en su etapa como jugador y las apelacione­s a sus jugadores en la pista no tienen término medio. Sus aspaviento­s, gestos, gritos, broncas... tiene para todos. Desde Martínez o Jokubaitis a Mirotic y Calathes.

El jefe es él y parte del éxito del Barça es que los jugadores tienen muy claros sus roles.

Para Saras, el Madrid es su víctima favorita. Ha jugado media docena de partidos en la pista de los blancos y los ha ganado todos.

El balance de Clásicos en el último año y medio son 10 victorias en trece partidos. La Copa de su equipo ha sido el torneo del que Saras ha terminado más satisfecho. Llegaban en una dinámica ganadora y en los tres partidos lo han ratificado. Arrasaron Arrasaron al BAXI Manresa después de un gran arranque de los de Pedro Martínez. Ni una sola crítica después de los cuartos de final.

En semifinale­s, el grupo fue capaz de rearmarse cuando más complicado estaba el partido por el arrebato del UCAM Murcia al final del tercer cuarto. Otra muestra de dureza mental, de las que encantan al lituano.

«Quiero doce cabrones en mi equipo», acostumbra a soltar. Y eso fue lo que encontró después de un mal arranque ante el Madrid. «No tuvimos cojones al principio y ellos nos sacaron de la pista... pero este grupo tiene carácter y este año ya hemos sacado muchos partidos de estos», declaró en Movistar.

No tuvimos cojones al principio del partido y ellos nos sacaron de la pista...

Pero este grupo tiene carácter y este año ya hemos sacado muchos partidos de estos»

Saras Jasikevici­us

La final no tuvo nada que ver con los partidos anteriores. Entre los cuartos y la semifinal, el Barça había sumado 220 puntos, unas cifras que no se veían desde hace 35 años cuando las centenas de puntos eran habituales.

El Barça supo procesar con paciencia la defensa del Madrid. Sobrevivió a los 18 puntos con que llegó al descanso y recuperó el tono habitual en el segundo capítulo de la final. Mirotic ejerció de jugador franquicia y sucedió como MVP a su compañero Higgins, recién operado y que no pudo estar en Granada.

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EFE Mirotic apunta con el dedo a los aficionado­s del Barcelona que fueron a Granada

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