Casado o Feijóo
PabloPablo Casado agoniza en su despacho y no tiene salvación: o cae ahora o seguirá deambulando por la política española como unzombie. Pero no está claro que la crisis se vaya a resolver rápido, depende de cuánto se aferre al sillón. Los barones se mueven guiados por el instinto ante la debacle que prevén en sus territorios;con Casado, perderán buena parte de sus votantes. Pero la decisión que va a tomar el PP tiene una repercusión de calado. Todos los análisis a corto plazo apuntan a Abascal y Sánchez como grandes beneficiados, pero a medio plazo, depende. Es seguro que la extrema derecha se ha disparado y que queda un espacio libre para Sánchez, que le da oxígeno en su peor momento, pero eso hoy.
El PP tiene que elegir: O Feijóo, si no se vuelve a esconder, o Casado. Si el gallego llega aGé nova, las claves del apolítica nacional van a cambiar. Es conocido que la imagen que intenta proyectar es de moderación. No quiere ni oír hablar de pactos con Vox y, probablemente, su modelo de pasaría por intentar acuerdos de Estado con el PSOE. Entre esos acuerdos estarían lago bernabili dad en España y en las Comunidades. Este hecho, que le condiciona los apoyo s internos porque los militantesdePPyP SO Ese reconocen como el adversario histórico a batir, significaría el aislamiento de todo lo que está ala derecha delPPy ala izquierda del PSOE.
Ni que decir tiene, que los partidos independentistas y Podemos tensarían la cuerda, y que Sánchez intentaría zafarse del abrazo pero, después del esperpento de la aprobación de la reforma laboral, la vulnerabilidad parlamentaria del gobierno es un hecho.
Ayuso apoya a Feijóo para acabar con Casado. Su modelo es radicalmente diferente, polariza con la izquierda y, con un discurso más escorado, consigue engullir a los votantes de Vox. Casado y Ayuso han acabado el uno con el otro. La bala acusación de corrupción tendrá consecuencias, independiente mente de si hay irregularidad eso no porque lo que le hace daño es la posibilidad de una imputación judicial. No podría sostenerse en la Puerta del Sol, aunque seis meses después se archivase la causa.