La invasión rusa rompe con el pacifismo alemán
► Scholz anuncia una partida extraordinaria de 100.000 millones de euros para el Ejército y dedicará más del 2% de su PIB al sector
El Parlamento alemán ha sido testigo de un giro de 180 grados en la política de defensa alemana de las últimas décadas. El Gobierno de coalición de socialdemócratas del SPD, liberales del FDP y verdes de Die Grüne presentaron un plan para rearmar al país con el mayor aumento del presupuesto para el Ejército desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El canciller Olaf Scholz habló de un «periodo de transición histórico en la historia de nuestro continente». Con la invasión de Ucrania «el presidente ruso ha desencadenado a sangre fría una guerra de agresión» que es «inhumana, ilegal y no se puede justificar de ninguna manera», expresó. El veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pretendía condenar su asalto a Ucrania lo denominó como «una vergüenza». El canciller Scholz aseguró que las vías diplomáticas siguen abiertas, «pero sin ser ingenuos».
El dirigente alemán, que lleva en el puesto desde principios de diciembre, aseguró que la pregunta principal será «si somos capaces de reunir la fuerza necesaria, para parar los pies a belicistas como Putin». Y pronosticó que al igual que la guerra es una catástrofe para Ucrania «también se demostrará como una catástrofe para Rusia». Los ucranianos estarían en este momento luchando «por la libertad y la democracia» y es por ello que «como alemanes, como europeos, estamos con ellos del lado correcto de la historia». Es la explicación por la cual su gobierno ha autorizado ahora el envío de armas a Ucrania que venía negando desde hace semanas. El viernes su gabinete anunciaba que apoyaría al Ejército ucraniano con un lote de mil lanzagranadas antitanque además de 500 misiles de defensa antiaérea del tipo Stinger. El Gobierno de Scholz se había negado hasta el momento debido a su promesa electoral de reducir la exportación de armas a zonas en conflicto.
El apoyo militar irá acompañado de «un paquete de sanciones de una magnitud desconocida», explicaba el canciller en medio de ovaciones de los parlamentarios del Bundestag. Entre las medidas, entró en vigor a las tres de la tarde el cierre del espacio aéreo alemán para aviones rusos. Scholz anunció nuevas sanciones directas «contra Putin y otros oficiales rusos», además de embargos y de aislar a los bancos rusos del sistema internacional de pagos Swift. Unas medidas que, junto con la paralización del gasoducto ruso Nordstream, que Alemania ya había anunciado en caso de producirse la invasión. Asimismo, el país buscará transformar su sector energético para ser independiente del gas y el petróleo rusos y construir estaciones para poder recibir gas líquido de otros socios como Estados Unidos.
El cambio de paradigma, sin embargo, llegó a mitad del discurso cuando Olaf Scholz anunció la creación de un fondo extraordinario para renovar el Ejército que en 2022 tendrá unos 100.000 millones de euros (en 2021 fueron 47.000) y que su Gobierno pretende hacer permanente elevando su existencia incluso a norma constitucional. La prioridad sería ahora «impedir que la guerra de Putin salte a otros países» y se dirigió directamente al presidente ruso para decirle que «debería no subestimar nuestra determinación para defender cada centímetro cuadrado de la Alianza», en referencia a la OTAN. El país invertiría el 2% anual que pide la OTAN para defensa «desde ahora y año por año» y el Bundeswehr, el Ejército alemán, será renovado «para asegurar la paz que necesita Europa» y recalcó que Alemania lo hará «también para nosotros, para asegurar nuestra propia seguridad». La construcción de aviones y tanques con la última tecnología en conjunto con Francia tendrá «la mayor prioridad». Además, renovará la flota de aviones capaces de transportar las bombas nucleares de EE UU estacionadas en el país.