La Razón (Cataluña)

Dembélé se gana al Camp Nou

► El francés cambia los pitos por aplausos: entra en la segunda parte, marca un gol y asiste en otros dos a Luuk de Jong y Depay. Antes lo hizo Aubameyang. Exhibición de Pedri

- Francisco Martínez

Cambio en la segunda mitad: entró Dembélé por Ferran Torres y el Camp Nou no olvida... O sí, depende lo que den a cambio. El recibimien­to recibimien­to inicial fueron más pitos que aplausos. No le perdonan todo lo que ha sucedido en enero: que si no renueva, que si le castigan, que si vuelve... Pero apenas cinco minutos después enganchó un balón, se perfiló hacia su lado izquierdo y casi sin ángulo lanzó un disparo, un misil, un obús ante el que Unai Simón nada pudo hacer. Un gol es un gol. Lo cantó el estadio y nada más se supo de los silbidos. Incluso llegaron a corear su nombre y los compañeros lo celebraron con él de forma entusiasta. También Xavi. Llegó, además, cuando menos claro lo tenían los locales.

El Athletic había sido el verdugo del Barcelona en la Copa basado en un concepto: intensidad. Y poniendo en práctica esa misma palabra logró esta vez el equipo de Xavi ser dominador, meter a su rival atrás y poder jugar en campo contrario, algo que siempre le cuesta en los partidos con el conjunto vasco. Marcelino hizo muchas rotaciones y en el banquillo había futbolista­s como Muniain, Williams o Iñigo Martínez. El miércoles le espera la gran batalla de las semifinale­s de Copa contra el Valencia. Tras un primer achuchón bien resistido, se defendía cómodo el Athletic y trataba el Barcelona Barcelona de buscar los espacios. El más dotado para encontrarl­os es Pedri, que tiene el fútbol muy claro en su cabeza y se asociaba bien, en corto y en largo, buscando las carreras de Adama. Con sus acciones no hay dudas, como con Dembélé: de los aplausos a los «ohh», como en el caño que le hizo de espaldas a Balenziaga. Se empezaba a desesperar el conjunto azulgrana, que de nuevo hizo de maravilla la presión después de pérdidas. No tenían la pelota los leones ni cuatro pases, pero les sobraban piernas y trabajo para replegarse y juntarse después de que se la robaran.

Se desordenab­a el equipo de Xavi, que sólo había contado con una llegada de Gavi como ocasión clara de verdad, cuando encontró el gol. El balón parado está siendo un recurso del Barça de esta temporada y, aunque la pelota no fue a la red directamen­te de la cabeza de Piqué, sí lo hizo en segunda instancia, cuando Aubameyang empujó el rechace del larguero. El delantero africano sigue en racha y marca por tercer partido consecutiv­o.

Pero la vuelta de los vestuarios no fue clara para el Barça. No supo dormir el partido hasta que Dembélé hizo lo contrario: acelerarlo, marcar cuando sólo llevaba un minuto en el campo y asistir luego a Luuk de Jong y Depay. En el origen de casi todas las acciones estaba Pedri. Es el nuevo ídolo de los aficionado­s. Lo tiene todo: la idea de juego que quieren en el club, la calidad y mucho trabajo.

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EFE Dembélé celebra el gol que le marcó al Athletic Club

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