Existe una tierra...
…q ue se llama Andalucía, que cada vez camina más lejos de los tópicos que la ataron al fracaso. Un lugar donde la Historia colocó a sus ciudadanos injustamente durante décadas en detrimento de otros territorios nacionales provistos de mejores puestos de salida en la carrera por el bienestar y el desarrollo. Sin embargo, allí, en las regiones más avanzadas tanto de España como del continente europeo se escuchó siempre el dulce acento de los andaluces, la cadencia de un habla que acompañaba el férreo trabajo y la determinación por labrarse un futuro a base de trabajo y trabajo cada día. Nadie podrá jamás, con la verdad en la boca, colocar a los andaluces de nuevo en ese rincón del atraso de donde con el mejor de los tesones salimos hace ya mucho tiempo.
Afortunadamente, los hombres y mujeres de Andalucía celebran hoy, 28 de febrero, una nueva cita con la autonomía de la comunidad, con los logros conseguidos bajo la bandera, el himno y el Estatuto, símbolos de la libertad y la prosperidad de un lugar al sur de España que puede compararse con cualquiera de las regiones más avanzadas de la Unión Europea. Porque, sería injusto quedarnos únicamente en la efeméride sin echar la vista atrás y ver cómo una generación con otra se dieron la mano para dar ese salto histórico, ese empujón que nos colocó por fin en un territorio donde es posible prosperar y vivir con dignidad. Siempre que se habla de Andalucía en estas fechas pienso en aquellos que tuvieron que hacer las maletas un día, los que tomaron rumbo al Norte y sin querer mirar atrás pensaron que aquel viaje que iniciaban tendría fecha de caducidad, llevándose en sus labios la mejor Andalucía que jamás se pudo imaginar: la del corazón y la verdad de un pueblo irrepetible. Me lo dijo en su sencillez una señora, en la puerta de un bloque de pisos del extrarradio barcelonés, contándome entre lágrimas cómo nunca pudo volver, después de casi medio siglo, a su pueblo. Ignoro por qué puertos le llevó la vida, pero en sus palabras, en sus gestos, en aquella verdad permanecían intactas la cal, el sol y el cielo de su infancia; la vida de la Andalucía plena que no la abandonó durante décadas. Puede que su mundo infantil, aquel que abandonó con sus padres, ya no existiera, pero se mantuvo conservado en ese pedazo de Andalucía en Cataluña. Con la pandemia nos dejaron muchos andaluces, la mayoría mayores que con su tesón hicieron mejores nuestras ciudades y pueblos, esos lugares mágicos que hoy, sin perder de vista sus tradiciones y origen han conseguido colocarse en la punta de lanza de la innovación, la investigación y la excelencia empresarial, permaneciendo auténticos.
Según las previsiones más conservadoras, la economía andaluza deberá crecer a lo largo de 2022 por encima del 5%, colocándose al frente de la locomotora española junto a Madrid y Cataluña. Es cierto que aún tenemos el lastre del desempleo, que no consigue bajar el 20%, pero también lo es que cada vez son más las empresas que ponen la vista en Andalucía para instalar aquí sus empresas, crear riqueza y buscar nuevas oportunidades de negocio. Es decir, conseguimos darle la vuelta a nuestro destino, de emigrantes a tierra de promisión. Acabamos de verlo durante los meses duros del confinamiento cuando el teletrabajo se hizo norma. Fueron miles los que decidieron que tenían que venir a Andalucía para buscar el bienestar y la salud sin tener que abandonar su actividad. Al igual que los cientos de modelos de éxito que encontramos en el segmento de las Startups, donde ya los expertos coinciden en que se han roto todas las expectativas y barreras previstas. El talento y el genio andaluz, mayoritariamente joven, no cesa de dar generosas sorpresas en los ámbitos de la innovación y las nuevas tecnologías, siempre bajo el signo de la excelencia empresarial y el respeto al Medio Ambiente. Afortunadamente en los próximos meses volveremos a recuperar el nivel de ocupación turística de años anteriores, con una estimación de 29 millones de visitas en los próximos meses. Es decir, vuelve Andalucía, vuelve la mejor versión de nosotros, la mejor de las oportunidades.
La delegación de Andalucía del diario LA RAZÓN cumple en 2022 dos décadas al servicio de los andaluces. Un periodo apasionante durante el que no hemos dejado de trabajar para acercar a nuestros lectores la información, veraz y contrastada, que demandan los ciudadanos del siglo XXI. Ésa es nuestra principal vocación, con la que diariamente nos enfrentamos a un mundo cambiante, complejo y pleno de retos, pero siempre pendiente de la aguja de nuestra brújula, ésa que siempre marca el Sur.