La Razón (Cataluña)

El Clínic es líder de una técnica para operar tumores cerebrales sin abrir el cráneo Ángela Lara.

► Es el único hospital en España y de los pocos en el mundo en cirugía sn euro en doscó pi castran sorbi tales para intervenir tumores

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tumor cerebral afecta a una de cada 100.000 personas al año y, pese a su baja prevalenci­a, éste supone un reto para la medicina, puesto que presenta dificultad­es de manejo por su proximidad a la órbita y la cavidad intracrane­al.

La cirugía convencion­al para poder intervenir y extraer este tipo de tumores requiere realizar una una incisión desde la oreja por la línea del cabello de entre 7 y 10 centímetro­s, a partir de la cual los cirujanos llevan a cabo una craneotomí­a para poder acceder a la lesión y, por lo tanto, es necesario atravesar el cerebro, con el riesgo que esto entraña, ya que se manipula el cerebro y además existe la posibilida­d de lesionar una arteria cerebral, así como el propio cerebro, pudiendo provocar un déficit neurológic­o.

Sin embargo, desde hace unos tres años, el Hospital Clínic de Barcelona aborda este tipo de intervenci­ones con una técnica muy compleja que, sin embargo, resulta mucho menos invasiva y más segura. Son las conocidas como cirugías neuroendos­cópicas transorbit­ales y este centro barcelonés es el único de España que lleva a cabo un abordaje quirúrgico de los tumores cerebrales a través de esta técnica.

«En primer lugar, hacemos una pequeña incisión por encima del párpado y, a partir de ahí, entramos hasta la órbita y desplazamo­s el ojo hacia la línea media, hacia la nariz, para ganar algo de espacio y, además, fresamos la pared lateral de esta órbita para hacer más espacio aún. A partir de este corredor, entremos dentro del cerebro», explica el doctor Joaquim Enseñat, jefe del Servicio de Neurología del Clínic, quien al respecto comenta que «a través de este abordaje podemos llegar a tumores que afectan a la parte lateral de la órbita, al nervio óptico o a la parte más superficia­l de la base craneal anterior y la base craneal media».

Así pues, como apunta el doctor, «esta técnica es más dificultos­a, porque el espacio en el que se trabaja es muy reducido, mientras que en la craneotomí­a, al realizarse una incisión más grande, la apertura del cerebro también es más grande y además se coge un trozo de cráneo, se saca para operar y después se vuelve a poner, de manera que el cirujano cuenta con más espacio para poder intervenir. En algunos casos, incluso, hay una técnica más avanzada con la que se opera con cirugía transorbit­al de forma simultánea por la nariz y por el ojo, lo cual permite extraer tumores que solo por el ojo no es posible ya que ésta permite acceder a diferentes zonas de forma simultánea. Sin embargo, al evitar la craneotomí­a, que supone una retracción del cerebro, con el consiguien­te riesgo de hemorragia e infarto cerebral, la endoscopia transorbit­al reduce significat­iva la probabiliE­l dad de que se produzcan graves complicaci­ones durante el abordaje del tumor.

En cualquier caso, esta técnica tampoco está exenta de riesgos, ya que «siempre que tocas el cerebro hay un riesgo de hemorragia cerebral, pero éste es mucho más pequeño con la endoscopia transorbit­al que con la cirugía clásica», explica Enseñat, quien, por otro lado, admite que «el cierre de todo esto a veces es más dificultos­o, de manera que en ocasiones puede producirse lo que conocemos como fistula líquida, que supone que el líquido cefalorraq­uídeo salga a través del ojo, sin embargo, nosotros por ahora no hemos tenido ninguna complicaci­ón».

Y puesto que la cirugía transorbit­al, a diferencia de la craneotomí­a, no requiere separar el cráneo ni levantar el cerebro, esta técnica neuroendos­cópica no solo entraña menos riesgos, sino que además acorta el tiempo que el paciente va a permanecer en quirófano, reduce el dolor que éste experiment­a, a nivel estético deja unas marcas menos visibles y la recuperaci­ón postoperat­oria es mucho más rápida. «Con la craneotomí­a, el paciente es dado de alta a los 5 o 7 días de la intervenci­ón, mientras que, con la transorbit­al, en uno o dos días está en casa y en tres semanas ya puede empezar a hacer un vida normal, cuando con la craneotomí­a muchas veces ese periodo se alarga hasta los tres meses», destaca el doctor.

Pese a las ventajas que este tipo de cirugía presenta respecto a la forma convencion­al y clásica de abordar estas intervenci­ones, a día de hoy son aún muy pocos hospitales los que ofrecen este servicio. «Hay uno en Nueva York, otro en Corea y un tercero en Italia y, en España, nosotros somos los únicos», apunta Enseñat, quien explica esta poca implantaci­ón por dos motivos. «No todos los tumores se pueden abordar con ésta técnica, solo aquéllos que están en contacto con el nervio óptico y se encuentran localizado­s en la parte más superficia­l de lo que sería el lóbulo frontal y el temporal, y además, ésta es una técnica muy novedosa».

Esta técnica no solo entraña menos riesgos, sino que acorta el tiempo en el quirófano

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LA RAZÓN Los expertos del Clínic han podido desarrolla­r una técnica pionera

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