Miércoles, Europa y Chamartín
EnEn su libro sobre el Mundial 86, Maradona destacaba de Valdano que siempre decía las cosas como a él le gustaría decirlas. Ya entonces, el «11» encontraba la frase perfecta para definir con acierto y poesía lo que estaba pasando y por eso después del partido ante los ingleses le dijo a Diego: «Ahora ya eres el mejor del mundo». A todos nos hubiera gustado llamar al respeto que infunde el Santiago Bernabéu a los rivales «miedo escénico», pero resulta que también se le ocurrió antes a Valdano. Él estuvo en el lado ganador de esas remontadas de los años 80 en Chamartín, así que sabía de lo que hablaba y sólo tuvo que expresar en plan bonito lo que vivió aquellos días.
El estadio blanco está ahora en plena transición hacia el futuro y no luce en plenitud en cuanto aspecto, pero no importa tanto la fachada como lo que hay en los cimientos de ese edificio: mucha historia y mucho fútbol. El espíritu de Juanito, aquello del primer grito, la primera falta y el primer remate, aunque fuese a las nubes, está muy bien, pero la única fórmula para las remontadas es jugar bien. En eso se sustenta el resto del plan y luego, si hay un momento de duda, ya se encargará la atmósfera de las noches europeas de tirar del equipo.
Si Mbappé tiene todavía alguna duda de dónde quiere jugar a partir de junio, no habría mejor publirreportaje que hacerle vivir en primera persona lo que supone jugar en el Bernabéu en días así. La del miércoles será su tercera vez como visitante (una derrota, un empate y un gol) y quizá la última antes de que sea presentado en ese mismo lugar dentro de unos meses. Más que el 1-0 de la ida, lo que pesa es la calidad y el físico exuberante del rival. Se supone que el PSG tiene que reinar en Europa por fin, pero resulta que es el Madrid, es miércoles y es el Bernabéu.