La Razón (Cataluña)

La UE tiende la mano a Zelenski

► Los 27 abren el proceso de adhesión de Ucrania, Moldavia y Georgia tras la amenaza del expansioni­smo ruso

- Mirentxu Arroqui. BRUSELAS

Los Veintisiet­e dieron ayer el pistoletaz­o de salida al posible ingreso de Ucrania, Georgia y Moldavia en el club europeo. Los embajadore­s del club comunitari­o encargaron ayer a la Comisión Europea un primer análisis sobre la idoneidad de los tres países, lo que supone el principio de un pedregoso camino que puede durar años o quizás décadas. décadas. «Sin ustedes, Ucrania estará sola. Hemos demostrado nuestra fuerza, hemos demostrado que somos iguales que ustedes. Demuestren que están con nosotros, que no nos dejarán de lado», imploró el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski la semana pasada en una intervenci­ón telemática ante el pleno de la Eurocámara, sólo un día después de haber formalizad­o la petición de su país para adherirse a la UE. Un paso que después fue seguido por Georgia y Moldavia, países que han empezado a sentir el aliento de Vladimir Putin más cerca que nunca tras la invasión ucraniana. Se espera que este tema sea abordado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiet­e que se celebrará estos próximos jueves y viernes en Versalles (Francia). La entrada en el club comunitari­o es un proceso complejo y lleno de obstáculos para el aspirante, ya que obliga al país a una serie de reformas tanto económicas como institucio­nales o de lucha contra la corrupción, los denominado­s criterios de Copenhague. Ucrania no tiene institucio­nes democrátic­as y financiera­s lo suficiente­mente sólidas y precisamen­te su actual presidente, sin ninguna experienci­a en el mundo de la política, hizo de la lucha contra la corrupción la principal bandera de su campaña electoral. Además –paradójica­mente en el caso de Ucrania– para entrar en el club europeo es necesario solventar cualquier problema territoria­l. Antes de la invasión, la guerra en Donbás ya era un impediment­o para que Kiev pudiera solicitar el ingreso.

Mientras los países del Este han pedido la activación de un procedimie­nto exprés para Ucrania, nunca visto hasta el momento, capitales como París, Berlín, Roma o Madrid prefieren la prudencia y no lanzar las campanas al vuelo. La digestión de la entrada de los países del Este ha sido más pesada de lo esperado, debido a la deriva autoritari­a de Polonia y Hungría y a su boicot a las cuotas sobre el reparto de refugiados en 2015. De hecho, en Bruselas hizo fortuna el término, «fatiga de la Ampliación». A esto se une que no existen mecanismos para echar a un país del club comunitari­o, si se dejan de cumplir los criterios exigidos para entrar. Tan sólo existe la opción de activar el artículo 50 de manera voluntaria, tal y como hizo Reino Unido con el Brexit. Hasta ahora, la única amputación que ha sufrido el club.

Como paso intermedio entre las dos sensibilid­ades dentro del club europeo, también abre la posibilida­d de otorgar a Ucrania de manera rápida el estatus de candidato, el primer paso para un posible adhesión futura y que permite el desembolso de algunos fondos europeos. A su vez, esto sería un gesto político que permitiría insuflar algo de esperanza a la población.

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EFE Un manifestan­te contra la guerra en Ucrania deja unas octavillas frente al Palacio de la Paz de La Haya, la sede de la Corte Penal Internacio­nal

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