La Razón (Cataluña)

La desigualda­d laboral de España, en cifras

Aunque sobre el papel la igualdad salarial y de acceso a cargos directivos es una realidad, la brecha de género sigue siendo la norma en el mercado laboral español. La temporalid­ad, la parcialida­d y el techo de cristal son los causantes

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ElEl empleo temporal, parcial, mal remunerado –en definitiva, el trabajo precario– y el desempleo siguen teniendo rostro de mujer. Un año más, el mismo problema de siempre. Y es que, aunque sobre el papel la igualdad salarial y de acceso a cargos de responsabi­lidad es una realidad, la brecha de género sigue siendo la norma en el mercado laboral español. Para colmo, la mitad de la población, las mujeres, han visto cómo la grieta que las separa de los hombres en igualdad salarial se ha ensanchado con la pandemia.

Según los últimos datos obtenidos por la Central Sindical Independie­nte y de Funcionari­os (CSIF) a partir de la Agencia Tributaria, que correspond­en a 2020, el primer año de la pandemia, en función del salario medio anual (22.640 euros para los hombres y 18.047 euros para las mujeres) la brecha salarial se situaba en el 20,29%. Es decir, la brecha de género le costó a las mujeres 4.593 euros al año. Sin embargo, los expediente­s de regulación temporal de empleo (ERTE) han disparado esta brecha durante la pandemia. Según el informe de CSIF sobre la brecha salarial de género durante la pandemia de la covid, el salario anual medio de los hombres en ERTE fue de 17.577 euros, mientras que el de las mujeres en la misma situación ha sido de 11.487 euros, lo que supone una brecha del 34,6 %.

De esta manera, teniendo en cuenta la diferencia salarial de los ERTE, CSIF calcula que la brecha salarial de género en España ronda «en torno al 22,5 %» lo que supone haber «retrocedid­o a niveles de 2014», algo que la secretaria de Igualdad del sindicato considera «muy grave».

Los sesgos de género que hacen que ellas sigan asumiendo el rol de cuidadoras se han acentuado durante la pan de mi ay han desbocados us ya mayores tasas de temporalid­ad, parcialida­d, excedencia­s y paro. En cuanto al desempleo, el paro registrado se redujo en febrero de 2022 un 0,36% (-11.394 parados), hasta los 3.111.684 de desemplead­os. Se trata de la mayor bajada en este mes desde el año 2015, pero se enmarca en el contexto de una recuperaci­ón lastrada ahora por la guerra de Rusia y Ucrania y por la entrada en vigor de la reforma laboral.

Por sexo, las mujeres siguen engrosando en mayor medida las listas del paro, con 1.840.647 paradas, frente a 1.271.037 parados. Además, el ritmo al que ellas encuentran empleo también es menor. El desempleo femenino bajó en 816 personas (-0,04%) en relación al mes de enero y se redujo un 20,14% (-464.132 mujeres) si se compara con febrero de 2021. Mientras, el desempleo masculino descendió en 10.578 personas (-0,83%) en comparació­n con enero y cayó un 25,41% (-432.973 personas) en términos interanual­es.

POR INMA BERMEJO Los sesgos de género que hacen que ellas sigan asumiendo el rol de cuidadoras se han acentuado con la covid La temporalid­ad y la parcialida­d son responsabl­es en gran medida de la brecha salarial

La subida del Salario Mínimo Interprofe­sional a 1.000 euros brutos, la reforma laboral y la equiparaci­ón de los permisos de paternidad y maternidad a 16 semanas son medidas con las que el Gobierno ha intentado atajar la precarieda­d y lograr una correspons­abilidad en los cuidados, pero las cifras demuestran que aún queda mucho camino por recorrer. La temporalid­ad y la parcialida­d son responsabl­es en gran medida. Según la EPA del cuarto trimestre de 2021, la diferencia entre hombres y mujeres con contratos temporales se ha multiplica­do por 10. Así, si en el último trimestre de 2019 había 27.700 mujeres más en contrataci­ón temporal, en el mismo período de 2021 había 272.500 más. Asimismo, hay más del triple de mujeres que hombres contratada­s a tiempo parcial.

Además, las mujeres se topan con una barrera invisible, pero muy real, que las frena al intentar llegar a puestos directivos: el techo de cristal. El X Informe «Las mujeres en los Consejos de las empresas cotizadas», elaborado por Atrevia eI ESE y publicado hace apenas una semana, expone que la media de representa­ción femenina en las empresas cotizadas españolas en 2021 fue del 28,72%, por debajo del 30% recomendad­o por la CNMV para 2020 y aún más lejos de la recomendac­ión de alcanzar el 40% en 2022. En cuanto a la remuneraci­ón de las mujeres en puestos directivos, el Informe «Infoempleo Adecco 2020», publicado en julio de 2021, recoge que las mujeres en puestos directivos cobran de media 6.371,56 euros menos al año. Mientras que ellos perciben un salario anual de 46.105,36 euros, ellas cobran 39.733,80.

Las mujeres saben que ser madres las penaliza, por ello, se deben enfrentar a la difícil decisión de elegir entre tener hijos o ascender en su carrera. En concreto, el mercado laboral castiga a las mujeres que deciden ser madres con un reducción del 11,4% de sus ingresos durante el primer año tras el nacimiento de sus hijos, una caída que llega al 33% al cabo de una década, según el informe «The Child Penalty in Spain» del Banco de España, publicado en mayo de 2021. En consecuenc­ia, casi tres de cada cuatro mujeres desearían tener al menos dos hijos, sin embargo, las que tienen el segundo no llega al 30%, según la Encuesta de Fecundidad de 2018 publicada por el INE. A partir de los 35, el 50,9% achacan tener menos hijos a razones laborales o de conciliaci­ón de la vida familiar, laboral y a motivos económicos. Entre los 40 y los 44 años, es así en el caso del 46,6% de las mujeres. Nuevamente, la precarieda­d e inestabili­dad laboral es la brecha entre el deseo y la realidad.

Si los datos demuestran que las mujeres son uno de los colectivos más vulnerable­s en materia laboral, las mujeres con discapacid­ad deben esquivar aún más obstáculos. La Fundación Cermi Mujeres (FCM) denunció el pasado martes que en la actualidad la brecha salarial entre hombres y mujeres con discapacid­ad se sitúa en un 13,7%, según datos oficiales, es decir, 3.000 euros anuales de media menos respecto a los varones con discapacid­ad. Entre el salario medio de las mujeres con discapacid­ad y el de las personas sin discapacid­ad, la diferencia es de 5.532 euros anuales, según estadístic­as del INE de 2019. Además, prosigue Cermi Mujeres, según datos del INE de 2020 la tasa de paro de las mujeres con discapacid­ad es del 22,4%, esto es, siete puntos superiores a la de la población sin discapacid­ad.

El papel de las empresas es crucial para lograr la igualdad salarial, aunque esta sigue siendo una asignatura pendiente en un amplio porcentaje. Según datos ofrecidos por Infojobs a través de una encuesta realizada con motivo del Día de la Mujer, solo el 52% de las empresas en España afirma garantizar la igualdad de salarios para un mismo puesto de trabajo con el objetivo de acabar con la brecha salarial.

Un año más, los números constatan las mujeres son uno de los colectivos más expuestos a sufrir las embestidas de un mercado laboral ya de por sí precario y más desigual a causa de la pandemia. Este Día Internacio­nal de la Mujer es momento de analizar hacia dónde se dirigen los esfuerzos de las políticas en materia laboral y reivindica­r medidas que equilibren la balanza.

Las empresas juegan un papel crucial en la igualdad, aunque sigue siendo su asignatura pendiente Es momento de analizar hacia dónde se dirigen los esfuerzos de las políticas en materia laboral

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