La Razón (Cataluña)

El Madrid se desangra

► Cuarta derrota seguida de los blancos en Euroliga. El equipo de Laso volvió a quedarse por debajo de los 70 puntos

- Mariano Ruiz Díez.

Ante el Estrella Roja tampoco. El Madrid compitió en la Sala Pionir a diferencia de lo que sucedió en las tres derrotas anteriores, pero fue insuficien­te para quebrar una racha inquietant­e. Cuatro tropiezos seguidos, cuarto partido anotando menos de 70 puntos, un acierto raquítico en triples (9/37 para un 24 por ciento de acierto) una vez más... Llull trató de arreglar los desperfect­os con un final heroico, pero no fue suficiente. Mañana llega el Armani Milán al WiZink Center amenazando la segunda plaza de los de Laso.

Para situarnos. El Madrid llegaba a Belgrado después de más de un mes sin ganar en la Euroliga. La ultima victoria llegó el 4 de febrero, pero... fue ante uno de los equipos rusos, el Zenit, con lo que ese triunfo no cuenta. Dos días antes se impuso (75-67) al Olympiacos. La última alegría. Los tres partidos siguientes fueron un drama: 66-51 ante el Fenerbahçe; 6886 ante el Barça y 68-47 en Kaunas. Un par de datos: 55 puntos de media anotados en esos tres encuentros y un sonrojante 9/67 en triples (1/15 ante el Zalgiris; 2/22 ante los de Jasikevici­us y 6/30 en Estambul). En la Pionir hubo un cambio, imprescind­ible para poder jugar en ese escenario. El Madrid compitió, ofreció otra actitud, otra intensidad... no fue bastante. El primer triple llegó en el séptimo intento; el segundo, en el décimo. Los tiradores de Laso llegaron a ofrecer un inquietant­e 2/17. Lo peor es que la mayoría de los lanzamient­os eran en posiciones aceptables. No había tiros desesperad­os tampoco un riesgo desmedido. Un par de aciertos de Thompkins y Llull fueron la excepción que confirmaba la regla.

El Estrella Roja también explotó los problemas en la dirección.

Arrancó el grupo en manos de Williams-Goss y su papel fue intrascend­ente. Cuando Heurtel tomó el relevo, sus dos primeras acciones fueron una pérdida y un lanzamient­o sin criterio. El regreso del estadounid­ense a cancha siguió el mismo camino. Una pérdida para empezar. «Pérdidas estúpidas», como las definió Laso. Por eso los serbios llegaron al parón por delante (35-28). Dio igual que el Madrid dominara el rebote con una superiorid­ad abrumadora. Los números vitales repetían la dinámica de los partidos anteriores: 28 puntos en dos cuartos y 4/20 en triples.

Para agravar la situación y después de un 0-4 de salida, Williams-Goss se tuvo que marchar a los vestuarios. Se enganchó un dedo de la mano izquierda en un bloqueo y su partido se acabó. Como el tiro exterior seguía desenfocad­o (4/24 en triples ya), el Estrella Roja volvió a escaparse (42-34). El Madrid, con Heurtel, cambió el plan. Busco posiciones más cercanas, penetracio­nes, tiros sencillos y resultó. El equipo de Laso llegó en pie al último cuarto (43-42). Pero estuvo a punto de volver a despeñarse en la enésima racha nefasta en el tiro. Un triple de Yabusele fue un parche (5/30). Como la defensa del Estrella Roja siguió permitiend­o el tiro exterior, el Madrid lo siguió intentando. No quedaba otra. Con la soga al cuello llegaron dos aciertos de Llull y Abalde (57-56, min 37), pero hubo otro pequeño estirón de los serbios (61-56). El orgullo de Llull (20 puntos y 5/10 en triples) acudió al rescate. Anotó dos triples y el Madrid dispuso de la última posesión para forzar la prórroga. El cupo de aciertos estaba agotado. Llull trató de buscar la falta desde la línea de tres. El intento desesperad­o no encontró respuesta arbitral.

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EFE Abalde sufre la presión de dos jugadores del Estrella Roja

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