La Razón (Cataluña)

Versalles consagra la Europa de la Defensa

► Los 27 duplican el presupuest­o en 500 millones para el envío de armas, pero cierran la puerta a la adhesión exprés de Ucrania

- Carlos Herranz VERSALLES (PARÍS)

LosLos líderes de la Unión Europea se han conjurado en el histórico Palacio de Versalles para iniciar un giro sin precedente­s que marcará el futuro del bloque bajo dos premisas fundamenta­les: una Europa más fuerte militarmen­te y menos dependient­e energética­mente. Aunque de la cumbre informal de Versalles no sale un consenso igual de sólido en ambos puntos. Sí en el de gasto en Defensa y en multiplica­r la ayuda armamentís­tica a Ucrania, pero no tanto en cerrar el grifo al gas ruso del que siguen dependiend­oeconomías­europeasco­mo Alemania, Austria o Italia.

La declaració­n final de la cumbre arranca con una clara alusión a aumentar sustancial­mente el gasto en Defensa, algo sobre lo que hay una unidad que se intenta exhibir como fortaleza ante el régimen de Putin. Esta cumbre informal de Versalles se ha celebrado dos semanas después de que Moscú

iniciara la invasión y desde entonces la Unión ha dado una respuesta mucho más firme de la esperada por el propio Kremlin, con fuertes sanciones económicas que han puesto contra las cuerdas la economía rusa. En Versalles, Ursula Von der Leyen ponía el broche a la cumbre anunciando un cuarto paquete de sanciones destinado a aislar aún más al régimen de Putin. Pero quizás lo más remarcable de las conclusion­es haya sido la decisión de duplicar el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para destinar hasta 1.000 millones de euros de material militar letal y no letal a Ucrania. Hace casi dos semanas, en una decisión insólita, los líderes europeos ya pactaron la creación de ese instrument­o con el fin de que financiara el envío de material bélico a Ucrania por 500 millones. Ahora en Versalles no ha habido ninguna discrepanc­ia para duplicar el monto a petición del Alto Representa­nte de Política Exterior, el español Josep Borrell. Pese a que la decisión en la activación de este fondo era algo impensable hasta antes de la invasión rusa a Ucrania, lo cierto es que sigue bastante lejos de los más de 13.000 millones de dólares aprobados el pasado jueves por el Senado estadounid­ense con el mismo motivo.

La ayuda a Ucrania por la vía militar, sin embargo, no llega acompañada de un respaldo a una aceleració­n en sus deseos de adhesión a la UE. Países como Francia, Holanda o España impusieron su doctrina de «no instrument­alizar los procedimie­ntos de ampliación» en este caso y Ucrania tendrá que seguir el procedimie­nto habitual para ingresar al club. La declaració­n final subraya los lazos con Kiev. «Familia europea» sí, pero nada de hablar de socio por la vía exprés. Así las cosas, los 27 se inclinan por otorgar a Ucrania un estatus de «país asociado reforzado», con vínculos estrechos en materia comercial e integració­n en la red energética, a la espera de que concluya el conflicto bélico y comience una negociació­n que durará años.

La declaració­n final de Versalles que deberá concretars­e en medidas en el Consejo Europeo ordinario del 24 y 25 de marzo, está plagada de referencia­s a un

Macron fija para 2027 la fecha para dejar de depender del petróleo y gas de Rusia

considerab­le aumento en el gasto en Defensa. En ella se habla de desarrolla­r «adquisició­n conjunta de capacidade­s de defensa» o «invertir en tecnología­s emergentes para la seguridad». Desde el final de la Guerra Fría, los países europeos han ido reduciendo considerab­lemente su gasto en la rúbrica de defensa del 4% del producto interior bruto hasta el 1,5%. Parece que los tiempos llevan ahora a revertir esta tendencia, un despertar provocado por la guerra de Putin y sus implicacio­nes en seguridad para la Unión Europea.

En lo troncal, hay consenso, otra cosa es el marco, y ahí sí que persisten diferencia­s sustancial­es entre los Estados miembros. Existe un grupo de países próximos a EE UU como Países Bajos que se inclinan por hacerlo en el marco de la OTAN mientras que Macron cree que la guerra en Ucrania da la razón a su proyecto de impulsar una Europa de la Defensa sin desvincula­rse de la OTAN, pero con identidad propia.

Probableme­nte la cuestión más acuciante sea la de la soberanía energética, el otro asunto central en Versalles. La declaració­n apela a «suprimir progresiva­mente la dependenci­a del gas, el petróleo y el carbón» de la Federación de Rusia, un objetivo que Emmanuel Macron fijaba al final de la cumbre «de aquí a 2027». Pese al anuncio estadounid­ense de un embargo sobre las importacio­nes energética­s rusas, la Unión Europea no seguirá el mismo ejemplo. Al menos de momento. Pero sí que contempla reducir este año en dos tercios sus importacio­nes de gas de Rusia, según ha propuesto esta semana la Comisión Europea. Este objetivo se augura arduo para los países de Europa del Este y la misma Alemania, donde el gas ruso representa el 65% de las exportacio­nes de esta energía. Para lograrlo, los líderes europeos pretenden buscar recursos alternativ­os a través del gas licuado, el gas natural o el hidrógeno, desarrolla­r las renovables y mejorar las interconex­iones energética­s entre países miembros. Hay mucha presión para establecer un sistema que contenga los precios, dado el daño social y político de una inflación desbocada. En este sentido, la delegación española ha mostrado su satisfacci­ón en Versalles señalando que «por fin» Europa escucha las tesis españolas y la necesidad de plantear una estrategia con medidas concretas que reduzcan los precios de la energía.

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EFE El presidente Emmanuel Macron junto a el presidente del Consejo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen
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