EE UU prohíbe importar vodka y caviar de Rusia
► El G-7 revocará las ventajas comerciales de Moscú y abre la puerta a aranceles. El FMI advierte de su probable bancarrota
Occidente sigue redoblando la presión económica sobre Rusia para estrangular su economía y detener su capacidad de financiar la invasión de Ucrania. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayer la prohibición de importar marisco, vodka y diamantes desde Rusia a EE UU como sanción por la invasión rusa de Ucrania.
En una intervención televisada desde la Casa Blanca, Biden dio también más detalles sobre la decisión adelantada el jueves de poner fin a su trato comercial favorable con Rusia y explicó que el objetivo es dificultar los negocios entre Rusia y EE UU. La retirada del estatus de nación más favorecida a Rusia permitiría a Estados Unidos y a sus aliados del G-7 y de la UE, que seguirán sus pasos, imponer aranceles más altos a algunas importaciones rusas, aumentando con ello el aislamiento de la economía rusa en represalia por la invasión ordenada por Putin.
Los cambios de Biden sobre el estatus comercial de Rusia se producen mientras la presión bipartidista ha ido aumentando en Washington para revocar lo que se conoce formalmente como «relaciones comerciales normales permanentes» con Rusia. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, presionó a Estados Unidos y a sus aliados para que tomaran esa medida contra Rusia en declaraciones al Congreso durante el pasado fin de semana. La medida se produce unos días después de que Biden prohibiera las importaciones de productos petrolíferos y de gas rusos.
En un comunicado, la Casa Blanca también anunció que el G7 tiene previsto acordar que Rusia ya no podrá obtener financiación de instituciones financieras multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Aunque Putin se empeña en asegurar que la economía rusa resistirá –y, si no, siempre le quedará el, a su juicio, exitoso modelo autárquico de la Unión Soviética– la batería de represalias económicas tomada contra Moscú está acercando cada día más a Rusia a la bancarrota. Ayer mismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitió que la quiebra de Rusia «ya no es un evento improbable». «El incumplimiento (“default”) de Rusia ya no es un evento improbable», reconoció Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI durante un encuentro con la prensa a propósito de la situación en Ucrania, donde explicó que «no es que Rusia no tenga dinero», sino que las sanciones aplicadas imposibilitan a Rusia usar este dinero. «No voy a especular sobre lo que puede suceder o no, pero solo quiero decir que no hablemos más del incumplimiento de pago de Rusia como un evento improbable», añadió Georgieva.
La directora del FMI advirtió de que las sanciones implementadas han provocado una contracción abrupta de la economía rusa, llevándola a una «profunda recesión» en la que la depreciación del rublo impulsa al alza la inflación y reduce sustancialmente el poder adquisitivo y el nivel de vida de la gran mayoría de la población rusa. «Puedo decir categóricamente que la economía rusa está experimentando una fuerte contracción», aseguró Georgieva.