La Razón (Cataluña)

El Ayuntamien­to pone coto a las cocinas y supermerca­dos fantasma

► El gobierno municipal ha presentado un plan de usos que prohíbe la apertura de nuevos establecim­ientos y relega las macrococin­as al extrarradi­o de la ciudad

- David J. Fernández. BARCELONA

Era un secreto a voces que el Ayuntamien­to de Barcelona buscaba una forma de regular una actividad económica que ha proliferad­o con la pandemia: los supermerca­dos y cocinas fantasma. Así, el gobierno municipal de Ada Colau ha aprobado inicialmen­te un plan de usos que prohibe la apertura de nuevos supermerca­dos de esta índole y limita el radio de acción de las cocinas a la Zona Franca y el Besòs. Es una normativa en la que el ejecutivo municipal lleva trabajado durante el último año y que cobró trascenden­cia pública cuando los vecinos y entidades alzaron la voz contra dos proyectos de cocinas fantasma en Sant Martí y Les Corts.

Estos negocios, a grandes rasgos, podría definirse como locales, o incluso naves, reconverti­dos en supermerca­dos o incluso en multitud de micrococin­as, sobre el papel, de diferentes restaurant­es para satisfacer la creciente demanda de la comida a domicilio. Y cerrados al público. Ya que de su existencia dan cuenta el enjambre de motoristas que los frecuenta.

Según explicó ayer la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, acompañada de la concejade concejade Comercio, Montserrat Ballarín, hoy se ha publicado en el BOPB la aprobación inicial del plan de usos. Ahora el Ayuntamien­to abre un período de un año hasta aprobarlo definitiva­mente y acabar de consensuar la normativa con entidades, vecinos y grupos políticos.

Por ahora, ERC ya se ha mostrado favorable. El portavoz de la formación, Jordi Coronas, ha avisado de que «Barcelona no es una ciudad fantasma, sino de vida. Lo que Barcelona hace mejor es el comercio de proximidad». Hasta su aprobación definitiva, el Ayuntamien­to mantendrá la suspenla sión de licencias actual para abrir súper y cocinas fantasmas.

La restricció­n más dura que prevé el plan de usos es para los supermerca­dos fantasma (es decir, aquellos locales que operan como un supermerca­do, pero destinados exclusivam­ente al reparto a domicilio). En estos casos, en la ciudad no podrá abrir ninguna otra parte de los ya existentes, que sí podrán seguir funcionand­o porque tienen una licencia vigente.

Los súper fantasma ya existentes, no obstante, sí tendrán que pedir un permiso específico nuevo para legalizar el reparto a domicilio y tendrán que habilitar –en caso de no tener– un espacio en el interior de los locales para que descansen los repartidor­es y dejen aparcados las bicicletas o patinetes eléctricos. «Los repartidor­es deben disponer de espacios dignos donde poder descansar entre reparto y reparto, y deben poder ir al lavabo», ha explicado Ballarín.

El plan de usos que ha aprobado inicialmen­te Barcelona, así pues, también marca las reglas del juego para poder abrir cocinas fantasma o macrococin­as en la ciudad: sólo podrán hacerlo en los polígonos industrial­es de la Zona Franca y del Besòs, y lejos de edificios residencia­les. Así, el gobierno municipal quiere poner punto y final a las quejas de decenas de vecinos de la ciudad, que se han sentido amenazados por el intento de abrir negocios de este tipo en Les Corts y en Sant Martí.

Más allá de tener que ubicar las cocinas fantasma en suelo industrial, existen otras condicione­s para poder recibir el visto bueno del Ayuntamien­to. Por ejemplo, tendrán que hacerlo en calles que tengan al menos 25 metros de ancho, y tampoco podrá haber más de una macrococin­a o cocina fantasma en un radio de 300 metros. Al igual que los súper, las cocinas fantasma tendrán que reservar un espacio en el interior de los locales para los repartidor­es a domicilio.

 ?? EFE ?? Vecinos afectados por un supermerca­do fantasma
EFE Vecinos afectados por un supermerca­do fantasma

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain