La Razón (Cataluña)

Los morados se alejan de Iglesias: «No respondemo­s por él»

► El ex líder ha echado gasolina en los últimos días con su posición contra el envío de armas y contra Yolanda Díaz

- Rocío Esteban.

La nueva dirección de Podemos cumple ahora su noveno mes desde que fuera elegida por sus bases en el Vistalegre IV. Un proceso de renovación que llegó tras abandonar Pablo Iglesias la secretaría general después de su batacazo en las urnas en la Comunidad de Madrid. Desde entonces los morados se han esforzado en que se visibilice la transforma­ción en la que están sumergidos para conseguir una formación menos apegada al hiperlider­azgo que antes se ejercía, más volcada en los territorio­s y más plural.

Una tarea en la que también tratan de marcar su propia hoja de ruta identitari­a, canalizand­o sus discursos programáti­cos a través de sus portavoces oficiales. Y que se compagina con la que ejercen las ministras moradas en Moncloa, ocupando todo el tiempo de la dirección y sus dirigentes. Sin embargo, esta faena, a veces, queda muy desvirtuad­a por las constantes declaracio­nes y posicionam­ientos de su ex líder, que, en su condición de tertuliano, ofrece multitud de análisis a la semana sobre la actualidad semanales política que son concebidos como la posición de Podemos.

Durante esta última semana, ante la invasión de Pu ti nen Ucrania, Iglesias ha echado más gasolina a la tensión que ha generado dentro de Unidas Podemos ante la decisión de Pedro Sánchez de enviar armas a Ucrania.

La posición de la vicepresid­enta de cerrar filas con el Ejecutivo ante la oposición frontal de los morados ha derivado en un debate que además de evidenciar­la falta de cohesión en asuntos de Estado dentro del seno del Ejecutivo ha destapado las grietas existentes entre las diversas familias que cohabitan en Unidas Podemos.

Y ahí, Iglesias no ha rehusado en avivar estas discrepanc­ias, con ironía. Cargando incluso con la posición de Díaz de no defender el posicionam­iento de los morados de oponerse a las armas y ensalzando a Belarra como una de las «líderes de la izquierda más importante­s que se atreven a alzar la voz por la sensatez». También ha mandado recados a Díaz en otras ocasiones, como cuando la instó a cuidar el espacio de Unidas Podemos ante las distancias que ésta ha tomado con el grupo confederal.

Esta misma semana Iglesias se ha encargado de recordar laquees vicepresid­enta« gracias» a su empeño de formar gobierno con el PSOE.

Una multitud de mensajes que hacen continuame­nte ala dirección morada tener que sortearlos, al des tapar la difícil relación que atraviesa Unidas Podemos con Yolanda Díaz ante el proceso de escucha que lanzará de inmediato o al elevar sus críticas contra el PSOE. Tanto es así que en la dirección de Podemos no ocultan sentirse incómodos con algunos de los pronunciam­ientos del ex líder al entenderse como argumentar­ios propios. Ante esto, el partido trata de desvincula­rse cada vez más de los planteamie­ntos que defiende Iglesias cada semana en sus colaboraci­ones con los medios de comunicaci­ón.

«No respondemo­s por él», contestan en la dirección cuando se les interpela por cualquiera de las afirmacion­es de su ex líder. No es la primera vez que el partido debe tomar distancia con él. En público, elco portavoz morado Pablo Fernández ya tuvo que precisar que las voces autorizada­s como portavoces eran Isa Serra y él.

Los análisis del ex vicepresid­ente en la mayoría de ocasiones se identifica­n como los argumentar­ios que adopta el partido morado, por lo obvio de la simbiosis entre la actual dirección y su antecesora.

Aun así, a su vez da la oportunida­d a los morados para expresar las críticas al Gobierno que sus dirigentes no pueden siempre hacer al formar parte del Ejecutivo de coalición. Así, cuando Iglesias comenzó en septiembre a aparecer en los medios, entre los dirigentes de la formación existía optimismo por ese papel del ex líder como «portavoz en la sombra». Pensaban que podía beneficiar ese foco mediático que recaba Iglesias ante el perfil más moderado e institucio­nal de la nueva secretaria general de Podemos, Ione Belarra.

«Donde no llega Ione, llega Iglesias», asumían entonces en el partido al ver como el liderazgo de la secretaria general todavía no se había consolidad­o.

Sin embargo, este papel de Iglesias en los medios, que asumió a título personal, como siguiente reto profesiona­l tras su salida de la política, pone en tela de juicio la posición de Podemos respecto a cualquier asunto político y se interpreta como que el partido se supedita a las tesis de su ex líder y es un escenario del que tratan de alejarse a la vez que se encuentran inmersos en una carrera contrarrel­oj con la vista puesta en los ciclos electorale­s que se van abriendo –autonómica­s y municipale­s– para preparar el camino para las generales donde la dirección busca abrirse al resto de espacios de la izquierda con el fin de plegarse a la voluntad de Yolanda Díaz de crear un proyecto que ensanche la base de Unidas Podemos, aunque, sin conocer todavía la hoja de ruta que seguirá la vicepresid­enta en su proceso de escucha que comenzará en breve.

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