Aragonès reclama ante Sánchez la recuperación del Midcat
►Conferencia de Presidentes en La Palma El president pide reactivar el gasoducto para conectar energéticamente a España con Francia y el resto de Europa
PerePere Aragonès se afanó ayer en recalcar que su presencia en la Conferencia de Presidentes autonómicos en La Palma tiene un «carácter excepcional» por la situación en Ucrania, un mensaje que ha tratado de proyectar desde el minuto uno para evitar que se den por normalizadas las relaciones entre el
Estado y la Generalitat y reciba una dura reprimenda del independentismo más radical. El president participó en el encuentro e hizo demandas importantes, entre las cuales destaca la recuperación del gasoducto Midcat, una infraestructura que tiene como objetivo conectar España con Francia a través de Cataluña con una tubería que permita transportar gas o hidrógeno verde.
Aragonès pidió al Gobierno recuperar este proyecto, paralizado desde 2018, aunque siempre que sea para transportar hidrógeno verde, bautizado como la energía del futuro en el proceso de descarbonización. En cualquier caso, el Midcat se antoja como una infraestructura que puede situar a España como potencia energética en Europa tras la sacudida registrada con la invasión de Rusia en Ucrania.
Y es que el gasoducto situaría a Cataluña y España como una fuente de energía (de transporte, ya que la materia prima llega a España de Argelia, principalmente, o gracias a la gran capacidad de regasificación para el GNL) y nutrir al resto de Europa para que dependa menos de Rusia. No obstante, por ahora, hay dos inconveniente que torpedean la reactivación de la obra: la financiación, ya que España pide que sea Europa quien la pague y no solo cargue con ella el contribuyente español; y, la incertidumbre sobre su viabilidad y rentabilidad (el coste ronda los 450 millones de euros). Completar la construcción de la infraestructura podría llevar en torno a cinco años.
En cualquier caso, para Cataluña, supone una oportunidad estratégica (salvando mucho las distancias, pero, por ejemplo, cerca del 4% del PIB de Ucrania proviene de lo que percibe por ser lugar de tránsito del gas entre Rusia y Europa), aunque Aragonès quiere imprimirle una perspectiva ecológica. De ahí que haya reclamado que sirva para transportar hidrógeno verde, una exigencia algo envenanada como demuestra el precedente más inmediato: la ampliación del aeropuerto de El Prat acabó en fiasco debido al desacuerdo entre Gobierno y Esquerra y Podemos por el impacto ambiental que iba a tener. En Cataluña, todo macroproyecto parece abonado al conflicto.
El gasoducto también cuenta con el apoyo de los empresarios catalanes: Foment del Treball lo reclamó ya hace más de diez días y Pedro Sánchez ya ha reclamado ante los Veintesiete la reactivación de esta infraestructura. «Es el momento», aseguró en el encuentro en Versalles del miércoles entre líderes europeos.
Además del gasoducto, Aragonès también reivindicó frente a Sánchez las competencias de la Generalitat para «hacer frente a la situación derivada de la guerra», según fuentes del Govern. En este punto, trasladó 20 propuestas y puso énfasis en la necesidad de fondos económicos para acoger refugiados y hacer frente a las consecuencias para empresas y familias, en las medidas a las hidroeléctricas y la defensa de las competencias en ciberseguridad.
Celebró que se llegara a acuerdos, aunque recalcó que son todavía insuficientes. Así, Aragonès destacó que se ha llegado a un compromiso para la financiación y coordinación de la acogida de refugiados con «pleno respeto» a las competencias de la Generalitat.