Geopolítica de Putin con Puigdemont
El trípode
que han superado los no pocos obstáculos para hacerlas desaparecer, y ratifica unas auténticas «amistades peligrosas» entre los postconvergentesdeJuntsxCatyelKremlin. Pocas fechas después, en octubre de ese mismoaño2019,sehacíapúblicalasentencia del Tribunal Supremo con las condenas a los responsables políticos del Procés, y se activaba el «tsunami democrátic» en forma demanifestacionesyalgaradasdetodotipo y curiosas relaciones financieras con una plataforma especializada en la materia, y también vinculada a ese entorno moscovita. Estas amistades han llevado a que los republicanos,muycríticosconestarelación –tan documentada que está siendo investigada en un juzgado de Barcelona– hayan provocado un terremoto en el mundo secesionista, con ERC criticándola públicamente por medio de su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián. Lo ha hecho en unos términos tan duros que pone en riesgo la estabilidad del Govern, lo que le ha llevado adisculparse–muysignificativamente–por las formas, que no por su contenido. En la trastienda subyace el deseo de los republicanos de cambiar de socio de coalición de gobierno,apuntandohacialosComunesde Colau, con el PSC de aliado parlamentario, en una fórmula de nuevo Tripartito como el de Maragall y réplica del actual Gobierno de Sánchez. En estos momentos en los que RusiaquiereasegurarsusalidaalMarNegro como única vía de acceso a aguas «cálidas» por el Mediterráneo, se entiende mejor el interésdelKremlinportenerunabasenaval en el otro extremo del Mare Nostrum. Es geopolítica de Putin con la Cataluña secesionista de Puigdemont.